“Sería interesante ver la evaluación actual de la situación en Irak por parte del expresidente de Estados Unidos, pero es poco probable que alguien regrese a este tema en este momento, y los tiempos en que la gente admitía honestamente sus errores han pasado”, manifestó el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia en una entrevista realizada el jueves con la cadena rusa Russia Today (RT).
De este modo, el funcionario ruso se refirió a las declaraciones del entonces presidente de EE.UU., George W. Bush (2001-2009), quien en mayo de 2003 declaró que la gestión del país norteamericano en Irak era una victoria de la democracia.
En esta misma línea, detalló el canciller ruso, no solo en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), sino en cualquier región, donde los estadounidenses derrocaron a los Gobiernos, estos países no recibieron nada más que el “poder blando” de Estados Unidos.
En otros momentos de sus declaraciones, abordó el conflicto en Libia, manifestando que EE.UU., tras su intento para derrocar al legítimo Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, ahora busca hacer lo mismo en Libia de otra manera.
Por su parte, según un informe de la cadena estadounidense NBC News, el actual mandatario de EE.UU., Donald Trump, reconoció en su día que su país no debería empezar las guerras en Asia Occidental, y manifestó que después del atentado del 11 de septiembre de 2001, Bush creía que era Irak el que había invadido a Estados Unidos y, por lo tanto, envió tropas estadounidenses al país árabe. “Fue la peor decisión en la historia” de EE.UU., lamentó Trump.
La presencia de tropas estadounidenses en Irak ha suscitado críticas y condenas de diversos grupos políticos que acusan a Washington de crear grupos insurgentes y extremistas, y de ahogar al país en el caos tras la invasión de 2003. Irak se opone a la presencia permanente de tropas extranjeras, incluidas las de EE.UU.
Por otro lado, Libia vive una situación crítica desde 2011, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), liderada por EE.UU., intervino militarmente en dicho país so pretexto de restaurar la seguridad.
Diferentes expertos alertan de los esfuerzos de ciertos Estados occidentales para anarquizar Libia, y así justificar su intervención y reforzar su influencia en el país africano. Es más, ha habido múltiples informes del que Washington y sus aliados han trasladado a Libia a miles de terroristas de Daesh y de otras bandas extremistas procedentes de Siria e Irak (donde han sufrido grandes derrotas).
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