El embajador ruso ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), Vasili Nebenzia, exigió el miércoles a otros actores de la región de Asia Occidental dejar de apoyar a las organizaciones terroristas en Siria y ya no hablar del sufrimiento de la población cada vez que los grupos terroristas se ven amenazados.
“Facilitar una tapadera política para los terroristas y presentarlos como revolucionarios no hará que el Gobierno sirio entable negociaciones con ellos”, afirmó el diplomático ruso, aseverando que el pueblo sirio debe decidir el futuro de su país.
Rusia se opuso, de este modo, a la adopción en el CSNU de una declaración impulsada por Francia para pedir el fin de los enfrentamientos en la región siria de Idlib.
En este sentido, Nebenzia enfatizó que Moscú no dejará de apoyar al legítimo Gobierno sirio, que avanza en su lucha contra el terrorismo internacional, para luego aclarar que continuará con sus esfuerzos para normalizar la situación en el país árabe.
Siria condenó, a su vez, la postura de los países occidentales, asegurando que sus medidas intentan prolongar la crisis que aqueja a su suelo y dificultar la lucha contra el terrorismo.
Desde 2011, Siria vive un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y varias bandas terroristas.
Rusia y Turquía acordaron en septiembre de 2018 crear en Idlib una zona desmilitarizada de 20 kilómetros entre el Ejército sirio y los grupos armados, pero las bandas extremistas, apoyadas por Ankara, contra lo suscrito en dicho acuerdo, fortalecieron sus posiciones y llevaron a cabo ataques contra las fuerzas sirias y rusas.
Al ver que estos violaban constantemente el acuerdo, el Ejército sirio inició una operación contra los terroristas en Idlib y ahora se encarga de eliminar los últimos focos de resistencia de los extremistas.
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