“Existe el riesgo de que aparezcan campos de entrenamiento de terroristas y sus bases de recreación en el territorio de los países de América Latina y el Caribe, así como de que se establezcan los vínculos entre los terroristas y los sindicatos criminales y narcotraficantes locales”, anunció el jueves el director adjunto del Departamento de Nuevos Desafíos y Amenazas de la Cancillería rusa, Dmitri Feoktístov.
En su intervención en la 18ª sesión del Comité Interamericano contra el Terrorismo en Washington, la capital de EE.UU., advirtió además de las actividades de reclutamiento que Daesh está llevando a cabo en Latinoamérica.
Aunque explicó luego a los periodistas que actualmente es poco este tipo de actividades, pero insistió en que no deben “convertirse en una epidemia”.
Existe el riesgo de que aparezcan campos de entrenamiento de terroristas y sus bases de recreación en el territorio de los países de América Latina y el Caribe, así como de que se establezcan los vínculos entre los terroristas y los sindicatos criminales y narcotraficantes locales”, anunció Dmitri Feoktístov, el director adjunto del Departamento de Nuevos Desafíos y Amenazas de la Cancillería rusa.
Como una medida preventiva, Feoktístov convocó a los países asistentes al evento a que se junten al Banco Internacional de Datos sobre el Terrorismo, creado por el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso), para poder contribuir informaciones sobre los grupos terroristas.
Según el diplomático ruso, el mencionado centro ha recogido datos sobre 89 organizaciones terroristas y más de 11.000 formularios de terroristas extranjeros.
Daesh amenazó a varios países latinoamericanos, entre ellos Brasil, y altos dirigentes de esta región.
Los críticos dicen que el Gobierno estadounidense con la cooperación de la inteligencia del régimen de Israel y la financiación de sus aliados árabes en el Golfo Pérsico como es el caso de Arabia Saudí, crearon Daesh y alentaron su expansión en Medio Oriente para crear una guerra perpetua en esa región con el fin de favorecer los intereses de Washington en la zona.
Según las estimaciones, más de 20.000 terroristas extranjeros, entre los que figuran miles de ciudadanos europeos y estadounidenses, han viajado a Siria para engrosar las filas de Daesh.
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