• El canciller alemán, Olaf Scholz (izda.), saluda al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, antes de una conferencia de prensa en Al-Quds (Jerusalén), 17 de marzo de 2024.
Publicada: jueves, 17 de octubre de 2024 8:27

Irán ha rechazado las “hipócritas” alegaciones del canciller alemán Olaf Scholz sobre la intención de Teherán de desestabilizar la región.

En declaraciones realizadas el miércoles, Scholz afirmó que los ataques con misiles de Irán contra Israel deben ser condenados en los términos más contundentes, alegando que Irán corre el riesgo de incendiar toda la región.

“Señor, Irán no tiene interés en JUGAR con fuego (a diferencia de su representante)”, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Esmail Baqai, en una publicación en su cuenta de X el jueves, añadiendo que Irán lucha por extinguir “el fuego que SUS letales obsequios (a Israel) han infligido a nuestra región”.

El vocero de la Diplomacia iraní expresó su preocupación por la advertencia “reveladoramente hipócrita” del canciller alemán, enfatizando que aquellos que son cómplices y justifican el genocidio y los crímenes de guerra del régimen israelí en la región y su violación del derecho internacional humanitario “carecen de autoridad moral para predicar a otros que están sufriendo las consecuencias”.

 

Irán lanzó una lluvia de misiles hacia las bases militares y de espionaje e inteligencia de la entidad israelí en todos los territorios ocupados el 1 de octubre como parte de la operación Verdadera Promesa II.

La operación se llevó a cabo en respuesta al asesinato por parte del régimen sionista de líderes de alto rango del frente de Resistencia palestino y libanés, así como de un comandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI). Desde entonces, Israel ha prometido responder.

Refiriéndose al ataque químico del dictador iraquí respaldado por Occidente, Sadam Husein, contra la ciudad iraní de Sardasht y la ciudad iraquí de Halabja, el portavoz de la Cancillería iraní indicó que las declaraciones de Scholz también “reabren la vieja herida infligida a nuestra carne y alma por las Armas Químicas que Alemania donó al tirano iraquí Sadam en la década de 1980”.

El 28 de junio de 1987, el régimen de Sadam lanzó bombas de gas mostaza proporcionadas por países occidentales sobre Sardasht, una pequeña ciudad en la provincia de Azerbaiyán Occidental de Irán. El ataque mató al menos a 119 civiles iraníes e hirió a otros 8000, dejando a algunos de ellos discapacitados permanentemente.

Sardasht fue la tercera ciudad, después de Hiroshima y Nagasaki en Japón, en convertirse en el objetivo de armas de destrucción masiva.

Durante la guerra, que duró ocho años, el ejército del exrégimen baasita iraquí empleó continuamente armas químicas contra combatientes y civiles iraníes, lo que dejó decenas de miles de muertos en el lugar y muchos más sufriendo durante años.

El 16 de marzo de 1988, el régimen de Sadam Husein también utilizó armas químicas en Halabja, donde viven los kurdos iraquíes que se habían aliado con Irán en la lucha contra Sadam. Según los informes, 5000 personas, principalmente mujeres y niños, murieron envenenadas con gas mostaza y sarín, y hasta 12 000 murieron posteriormente debido a la exposición a sustancias químicas.

hnb