“Érase una vez, un país que sufrió durante varios siglos del autoritarismo de reyes tiranos”, así comienza el cuento narrado por el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
El pueblo no tenía ninguna facultad, las decisiones fueron tomadas por el monarca déspota y el círculo de poder corrupto que lo rodeaba, lo que era una autocracia absoluta, continúa contando el ayatolá Jamenei, en referencia a la situación que reinaba en Irán antes de la victoria de la Revolución de 1979.
El clip publicado en el portal informativo del Líder de Irán, con motivo del Día de la República Islámica, compara con evidencias visuales cómo cambió Irán antes y después del 11 de febrero de 1979, tras la victoria de la Revolución.
Refiriéndose a la severa crisis interna en Estados Unidos, país que lidera la arrogancia mundial, el Líder iraní asevera que pese a las malas previsiones que tenían desde Washington para el futuro de la República Islámica, ahora este archienemigo de Irán “sigue una tendencia decreciente y está en una posición vulnerable”.
“Poco después de la victoria de la Revolución Islámica afirmaban que la República Islámica no duraría ni 6 meses, ya han pasado más de 80 de tales 6 meses”, recalca el Líder, de modo irónico.
Considera que la razón del poderío invencible de Irán es “la perseverancia de la República Islámica” durante las cuatro décadas que pasan de su vida ante las grandes enemistades. Vamos a ser más fuertes en el futuro, asegura.
“La República Islámica sigue viva, entonces, esto demuestra que la pequeña plántula hoy se ha convertido en un árbol robusto que no puede ser arrancado”, se jacta el ayatolá Jamenei.
En la parte final del clip el Líder recita parte de una aleya del sagrado Corán para vanagloriarse del “árbol robusto” de la Revolución Islámica. “Acaso no ves cómo Allah (Dios) compara la buena palabra con un árbol bueno cuya raíz es firme y cuyas ramas alcanzan el cielo?” (Sura 14 [Ibrahim]: aleya 24).
mrg