El portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, ha elogiado este martes la “valiosa solidaridad” entre el Gobierno y la nación cubanos, y ha destacado que esa simpatía llevó al fracaso los planes de Estados Unidos de provocar disturbios en toda la isla.
La disidencia en Cuba apoyada por Washington, según denuncia La Habana, había convocado a una marcha de protesta para el 15 de noviembre. Sin embargo, el evento no autorizado no se realizó ni en la capital, ni en ninguna otra ciudad, y se observó un ambiente de relativa normalidad en todo el país caribeño.
El vocero de la Diplomacia persa ha censurado el apoyo de EE.UU. a los disturbios en la isla y lo ha considerado un acto de “injerencia descarada en los asuntos internos de las naciones soberanas y libres como Cuba” y “violario de la ley internacional”.
Jatibzade ha considerado las sanciones estadounidenses como la raíz de todos los problemas económicos en Cuba. “Esos embargos han sido impuestos con el propósito de provocar el descontento social y, pese a que EE.UU. es la principal raíz de las dificultades y los problemas de subsistencia del pueblo cubano, se presenta a sí mismo como un partidario de los disturbios en ese país”, ha criticado.
Ha expresado la solidaridad de la República Islámica a Cuba y ha pedido la eliminación inmediata de los embargos “ilegales” de EE.UU. a la nación caribeña.
“Si Estados Unidos es sincero en su afirmación de apoyar al pueblo de Cuba, debe poner fin a las ilegítimas sanciones económicas y financieras que han estado vigentes contra Cuba durante más de seis décadas”, ha subrayado.
El diplomático persa ha asegurado que el pueblo y el Gobierno cubanos frustrarán, tal como lo hicieron el lunes, cualquier nuevo intento desesperado de quienes intervienen en los asuntos internos de Cuba para conseguir sus metas y desestabilizar la isla.
Cuba es blanco de un severo bloqueo financiero impuesto desde hace más de seis décadas por Estados Unidos. El 11 de julio, algunas ciudades de la isla fueron escenario de movilizaciones contra la compleja situación económica, resultada de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense en su contra.
La Habana asegura que las protestas fueron planificadas y organizadas por los medios en todas sus formas, auspiciados desde EE.UU., y culpa a los embargos estadounidenses por la crisis económica que sufre la nación de la mayor de las Antillas.
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