En su intervención en una ceremonia, celebrada por videoconferencia, para inaugurar varios grandes proyectos económicos, el jefe del Gobierno iraní ha expresado su esperanza de que los comicios sean “gloriosos”.
Ha instado a toda la nación iraní a participar en las votaciones, al tiempo que ha pedido a los aspirantes a la Presidencia a mantener un “comportamiento ético” durante las campañas electorales.
“El comportamiento ético en los comicios es de suma importancia. Todo el mundo celebra elecciones, en muchos países también se realizan votaciones gloriosas y sanas, pero eso no nos resulta suficiente, ya que lo que quiere la República Islámica realizar unos comicios gloriosos, sanos y con ética islámica”, ha subrayado.
Ha destacado que su Gobierno, gracias a la resistencia de la nación iraní, mitigó el impacto de las sanciones más duras de la historia impuestas por la anterior Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, al país e impidió la detención de las actividades económicas.
El mandatario ha dicho que, durante los últimos tres años y medio, el país persa ha vivido los más difíciles momentos de su historia contemporánea e incluso más difícil de la situación que atravesó durante la Primera y Segunda Guerra Mundial como consecuencia de los embargos económicos reimpuestos por el Gobierno de Trump en 2018 cuando este optó por retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015 con Irán y otras cinco potencias.
“El mundo entero nos bloqueó, aunque el asedio fue aparentemente impuesto por Estados Unidos, el resto de los países también se rindió ante Washington y no nos permitió utilizar sus puertos, mercados y bancos, de modo que fue nada más que un asedio colectivo”, ha agregado Rohani.
Ha señalado también a la Administración de Trump, los políticos estadounidenses de línea dura y el régimen de Israel como los principales responsables de la actual situación que atraviesa Irán, y los ha acusado de cometer los peores crímenes contra la nación iraní.
No obstante, el presidente persa ha destacado que las sanciones, aunque dificultaron la vida del pueblo iraní, no han logrado destruir la economía del país ni detener las actividades económicas durante los últimos años.
Teherán ha intentado, en los últimos años, aprovechar de la mejor manera posible la oportunidad de sanciones para diversificar su economía, reduciendo su dependencia al petróleo.
El país disfruta actualmente de mayores ingresos por exportaciones no petroleras, ya que los sectores clave de la economía, incluida la agricultura y la manufactura, siguen creciendo a un ritmo acelerado.
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