“Las familias de las víctimas del terrorismo en Irán vuelven a pedir a todas las autoridades e instituciones internacionales de la Unión Europea (UE) que, además de restringir las actividades de este grupo [la organización terrorista Muyahidín Jalq] en Europa, procesen a los líderes de este grupo terrorista en un tribunal internacional con la presencia de sus víctimas”, indica una carta dirigida a funcionarios del bloque europeo.
La carta fue escrita después de que el lunes se divulgaran unas declaraciones en las que el exlíder del MKO Masud Rayavi quien desapareció en 2003 y se presume que está muerto— ordenó a las células terroristas del grupo que intensificaran sus actos contra Irán. Además, invitó a los principales líderes iraníes a asistir a un caso judicial internacional con él.
La misiva, publicada el viernes por la Asociación Habilian, una ONG iraní de derechos humanos, ha señalado que las recientes actividades de MKO ponen de relieve que este grupo sigue siendo una “secta belicosa y muy lejos de convertirse en un grupo de oposición”.
Asimismo, el texto indica que dicha orden del líder del MKO describe una “estrategia violenta” prevista para el proceso judicial del 8 y 9 de marzo, en el que varios exmiembros de este grupo presentaron una denuncia por años de tortura y violación de los derechos humanos sufridos mientras eran parte de la banda.
Al respecto, la carta hace hincapié en que celebrar un juicio contra los crímenes cometidos por el MKO es la obligación legal de los funcionarios e instituciones europeos y responsabilidad de los países que protegen a los elementos del grupo terrorista.
Desde la victoria de la Revolución Islámica de Irán en 1979, miles de iraníes han sido víctimas de los crímenes de MKO. Durante la guerra entre Irán e Irak, sus miembros fueron armados y equipados por el régimen baasista iraquí para luchar contra el persa.
En 2016, el Gobierno iraquí expulsó a todos los integrantes de MKO de su refugio en el campamento de Ashraf, cerca de la frontera con Irán. Después, se trasladaron a un campamento militar en Tirana, la capital de Albania. Los terroristas disfrutan de libertad de actividad en EE.UU. y Europa, e incluso mantienen reuniones con funcionarios estadounidenses y de la UE.
El grupo terroristas estuvo en la lista negra de organizaciones extremistas durante años. En la Unión Europea (UE) hasta el 2009 y en EE.UU. hasta el 2012.
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