“Iniciaron la guerra económica contra nosotros y a diario nos enfrentamos a la propaganda y a la incitación al odio de los estadounidenses”, ha declarado hoy miércoles Mohamad Yavad Zarif en una reunión en Teherán (capital de Irán) con su homólogo japonés, Taro Kono.
Sin embargo, ha prometido Zarif, Irán encontrará medidas para salvaguardar el bienestar de su pueblo frente a las presiones económicas de Washington, como “la revisión del presupuesto y las políticas financieras sin depender del petróleo”, ha agregado.
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Zarif ha reafirmado el rechazo de Irán a la política de sanciones de la Administración del presidente estadounidense Donald Trump, que ataca de modo particular el sector petrolero persa a fin de “reducir a cero” las exportaciones de petróleo de Teherán.
En otro momento de sus declaraciones, refiriéndose a los 90 años de lazos entre Teherán y Tokio, el máximo diplomático iraní ha considerado a Japón “un país amigo y un buen socio” para la nación persa en los ámbitos político, económico y cultural.
Iniciaron la guerra económica contra nosotros y a diario nos enfrentamos a la propaganda y a la incitación al odio de los estadounidenses”, ha declarado el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, en una reunión en Teherán (capital de Irán) con su homólogo nipón, Taro Kono.

Por su parte, Kono, ha aludido a la “histórica” visita de dos días a Irán, un “país amigo”, del primer ministro nipón, Shinzo Abe, y ha expresado la disposición de Tokio a adoptar cualquier medida que contribuya a aliviar las tensiones en el oeste de Asia.
“Irán es un país importante y estamos convencidos de que menos tensiones en esta región beneficiarán a todos y, de lo contrario, todos perderemos”, ha enfatizado el dignatario.
La reunión de Kono y Zarif se celebró antes de la llegada de Abe, este mismo miércoles por la tarde, a Teherán, donde se ha reunido con el presidente Hasan Rohani, antes de hacerlo el jueves con el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Se espera que el foco de la visita del primer ministro esté en las tensiones entre Irán y EE.UU., que se han disparado desde mayo de 2018, cuando Trump se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015 y reimpuso embargos a la República Islámica.
Aun así, fuentes gubernamentales japonesas han rechazado las conjeturas sobre una supuesta intención de Tokio de asumir un papel de “mediador” entre Teherán y Washington.
Japón, afectado por los embargos de EE.UU. contra Irán
Ante los sabotajes norteamericanos, Tokio ha expresado claramente su apoyo al Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre del acuerdo entre Irán y el Sexteto —que entonces integraban EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—, y ha instado a su aliado estadounidense a cumplirlo.
Pese a que Washington se proponía reducir a “cero” las exportaciones iraníes de petróleo, hizo una excepción y eximió a ocho países de las sanciones a quienes realizasen negocios con Irán, incluida la compra de petróleo: China, Corea del Sur, Grecia, La India, Italia, Japón, Taiwán y Turquía. Sin embargo, en abril Trump decidió eliminar estas exenciones.
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Además de los embargos a Irán, Trump ha impuesto sanciones a terceros países que hagan negocios con Irán, lo que podría afectar a Japón, muy dependiente del petróleo persa.
Tokio ha estado luchando para mantener el comercio mutuo ileso desde la reimposición de las sanciones de EE.UU. y evitar que estas afecten al suministro de energía a su país, causando daño a las compañías locales.
Cabe mencionar que Japón es uno los mayores clientes de Irán. En 2018, el petróleo adquirido a Teherán representó el 5,3 % del total de las importaciones de crudo del archipiélago asiático.
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