En una reunión con su homólogo japonés, Taro Kono, sostenida hoy jueves en Tokio, capital nipona, Zarif ha denunciado que EE.UU. ha emprendido una serie de acciones en la región del oeste de Asia, mediante las cuales intenta provocar a Irán.
“La escala de tensión por parte de EE.UU. en la región es inaceptable (...) Estamos ejerciendo el máximo control, pese a realidades como el retiro de EE.UU. del PIAC en mayo del 2018”, ha subrayado el jefe de la Diplomacia de Irán.
Washington ha intensificado sus medidas provocativas contra Teherán desde su salida “ilegal”, el 8 de mayo del año pasado, del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre oficial del acuerdo internacional sobre el programa de energía nuclear iraní.
Sin embargo, Zarif ha recalcado que Irán se mantiene comprometido con el pacto nuclear, firmado en 2015, tal como “lo prueban” las inspecciones regulares de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Kono, por su parte, ha pedido a Irán que se continúe en el acuerdo alcanzado con el Grupo 5+1, entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania, y que muestre “contención” ante la medida de EE.UU. para evitar que la tensión se dispare en Oriente Medio.
La escalada de tensión por parte de EE.UU. en la región es inaceptable (...) Estamos ejerciendo el máximo control, pese a realidades como el retiro de EE.UU. del PIAC en mayo del 2018”, ha indicado el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif.
La normalización de lazos económicos, la única vía para preservar el PIAC
Tras la cita, Zarif ha hecho notar que “la única vía para mantener vivo al acuerdo nuclear será normalizar lazos económicos con Irán. “La comunidad internacional debe actuar y normalizar lazos económicos con Irán, si busca preservar el PIAC. No hay más remedio”, ha remarcado.
Las sanciones, que también afectarán a los países que se nieguen a cortar lazos con Irán, buscan, de hecho, reducir a cero las exportaciones petrolíferas del país persa. Sin embargo, alcanzar esta meta no parece tan fácil como imagina la Casa Blanca, dado que el país persa es rico en reservas petrolíferas y gasíferas.
El canciller iraní, asimismo, ha dicho que su homólogo nipón ha transmitido la voluntad de su país para preservar el pacto y trabajar a fin de reducir la escalada de tensión en la región.
Zarif, además, ha dejado claro que Irán no busca confrontaciones ni conflicto con ningún país, pero hará todo lo que esté a su alcance para proteger los intereses de la nación persa.
Zarif considera “necesario” consultar con socios, tras los actos provocativos de EEUU
El ministro iraní de Asuntos Exteriores llegó la noche del miércoles a Tokio, donde explicó a los periodistas que, tras las medidas provocativas de EE.UU., “es necesario” mantener consultas con los “importantes socios” estratégicos y comerciales de Teherán.
“Estoy aquí por invitación del canciller japonés, quien se ha mostrado interesado en mantener diálogos sobre los recientes acontecimientos en la región”, señaló Zarif.
La visita a Japón es parte de una gira regional de Zarif. Su anterior destino fue La India, donde las autoridades han ratificado su apoyo a Irán ante la hostilidad de EE.UU. y asegurado que el Gobierno de Nueva Delhi no acatará las “sanciones unilaterales” impuestas por Washington contra el país persa.
La escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán
El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció el 8 de mayo de 2018 la retirada de su país del PIAC y reactivó todas las sanciones a Irán, medida unilateral que fue rechazada por la comunidad internacional, salvo algunos aliados de Washington, como el régimen israelí.
Irán esperó pacientemente un año para que el resto de los signatarios actuara contra la medida unilateral y hostil de la Casa Blanca; sin embargo, cumplido un año, Teherán seguía sin disfrutar los beneficios del pacto, por lo que decidió, en aplicación del principio de reciprocidad, dejar de cumplir algunos compromisos y dio 60 días a sus socios europeos para que cumpliesen su responsabilidad respecto al país persa.
Zarif ha asegurado que Teherán no abandonará el acuerdo, pero sí reducirá parte de sus compromisos voluntarios, basándose en los artículos 26 y 36 del mismo.
A todo eso se sumaron las declaraciones incendiarias del asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, quien afirmó que el envío a Oriente Medio del portaviones nuclear USS Abraham Lincoln y de una unidad de bombarderos en una advertencia a Irán: que “cualquier ataque a los intereses” de EE.UU. o a los de sus aliados” en la región sería respondido con “una fuerza implacable”.
El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán considera, sin embargo, los movimientos en la región del Comando Central de EE.UU. (Centcom) parte de una “guerra psicológica” de la Casa Blanca contra la República Islámica.
El resto de signatarios apoyan el acuerdo nuclear y rechazan la escalada de tensión con Irán
Europa rechazó el “ultimátum” de Irán, pero prometió “trabajar para salvaguardar el pacto”. De hecho, la jefa de la Diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, ha confirmado el deseo de Europa de salvarlo: “Continuamos apoyándolo [al acuerdo nuclear] tanto como podemos con todos nuestros medios y toda la voluntad política que tenemos” y ha pedido a “los poderes rivales” que eviten cualquier escalada de tensión al respecto.
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