En medio de los preparativos en Catar para las negociaciones de alto nivel encaminadas a mantener vivo el acuerdo de alto el fuego entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), el ministro de energía del régimen sionista, Eli Cohen, decidió el domingo dejar a la Franja de Gaza sin suministro eléctrico.
Esto ocurrió justo una semana después de que el premier de Israel, Benjamín Netanyahu, ordenó prohibir el acceso de toda ayuda humanitaria al enclave costero palestino.
Ante esta tesitura, HAMAS no ha tardado en reaccionar este lunes, calificando la medida israelí de “chantaje barato e inaceptable”.
“El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina condena enérgicamente la decisión de la ocupación sionista de cortar la electricidad a Gaza, después de privarla de alimentos, medicinas y agua, en un intento desesperado de presionar a nuestro pueblo y su resistencia a través de política de chantaje barato e inaceptable”, indica
HAMAS en un comunicado difundido este lunes. El movimiento subraya que cortar la electricidad, cerrar los cruces, interrumpir la ayuda, el combustible, usar la hambruna como arma de guerra constituyen un castigo colectivo y un crimen de guerra en toda regla, mientras denuncia cómo Israel transgrede toda ley y norma humanitaria sin consecuencias.
HAMAS indica que el pueblo palestino y la resistencia no sucumbirán ante las presiones del gabinete de Netanyahu y seguirán manteniéndose firmes hasta que se alcance la libertad y la victoria.
“Netanyahu busca perturbar el acuerdo que el mundo ha presenciado, tratando de imponer una nueva hoja de ruta que sirva a sus intereses personales a expensas de las vidas de los prisioneros de la ocupación y sin tener en cuenta las demandas de sus familias”.
En el texto, la Resistencia palestina hace hincapié en la necesidad urgente de retomar las negociaciones para la tregua permanente.
“No queda más remedio que comprometerse a aplicar los términos del acuerdo e iniciar las negociaciones para la segunda fase. Cualquier intento de postergarlo es una pérdida de tiempo y una manipulación del destino de los prisioneros”, concluye HAMAS.
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