Desde el inicio de la guerra genocida israelí contra Gaza, el régimen ha intensificado sus atrocidades contra los palestinos residentes en Cisjordania ocupada. La situación incluso ha sido agravada tras la firma del acuerdo del alto el fuego entre la Resistencia y el régimen. La entidad sionista ha empezado una agresión de gran escala contra toda la zona desplazando miles de personas.
El campo Al-Fara, que alberga a más de 8 000 residentes, se ha convertido en un escenario desolador debido a la demolición sistemática por parte del ejército israelí. Los buldóceres han arrasado calles y callejones, cortando el suministro de agua y electricidad.
Mientras las autoridades israelíes piden “evacuar temporalmente” Cisjordania “igual” que la Franja, los habitantes de la Cisjordania ocupada insisten en el apoyo a su patria y afirman que nunca se rendirán ante las redadas de la ocupación.
Haciéndose eco de la condena generalizada a nivel internacional, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), declaró que las ofensivas israelíes han vaciado casi por completo varios campos de refugiados en Cisjordania. Agregó que, hasta la fecha, estas redadas han provocado el desplazamiento de más de 40 000 refugiados palestinos solo en el norte de esta zona ocupada.
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