El ejército israelí ha atacado la madrugada de este viernes con aviones no tripulados viviendas palestinas en el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de la Cisjordania, en el marco de la llamada ofensiva militar a gran escala denominada “Muro de hierro”, lanzada desde el 21 de enero que ha desplazado a más de 45 000 palestinos.
La ofensiva ha dejado al menos 33 muertos, entre ellos 12 niños, en el norte de Cisjordania, según los medios palestinos.
Asimismo, los tanques y excavadoras del ejército israelí continuaron destruyendo viviendas e infraestructuras en la ciudad cisjordana de Tulkarem y sus dos campos el jueves.
Un vídeo mostró el jueves cómo las topadoras del ejército destruyeron viviendas en el campo de refugiados de Nur Shams, en Tulkarem.
Asimismo, al sur de Nablus, también en Cisjordania, las fuerzas israelíes mataron a tiros el jueves a Issa Riyad Issa Jabali, palestino de 28 años, después de abrir fuego contra su automóvil cerca del puesto de control de Huwara, según informó la agencia oficial de noticias palestina WAFA, citando a fuentes de seguridad palestinas.
La Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS, por sus siglas en inglés) dijo que al menos 380 personas han sido detenidas por las fuerzas israelíes desde el inicio de las incursiones militares a gran escala en Cisjordania, dos días después de que entrase en vigor un acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza.
El Ministerio de Exteriores palestino instó el jueves en un comunicado a la comunidad internacional a tomar “una acción urgente y efectiva” para obligar a Israel a detener su brutal campaña de agresiones en Cisjordania.
La nota condenó los crímenes cometidos por Israel en Cisjordania, entre ellos el desplazamiento forzado de decenas de miles de palestinos de sus hogares y la destrucción deliberada de viviendas e infraestructura vital de palestinos, advirtiendo que el silencio internacional envalentona al régimen ocupante a cometer más crímenes y le permite continuar con su crimen de limpieza étnica.
ftm/tqi