Izzat Al-Rishq, miembro del Buró Político del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), ha criticado este viernes a la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, por haber expresado “profunda preocupación” por la magnitud del sufrimiento humano en Gaza, “incluida la muerte de un gran número de civiles inocentes” durante su reunión el jueves con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Washington.
Harris dijo en una conferencia de prensa después de su reunión con Netanyahu que no puede “hacer la vista gorda ante estas tragedias”, aunque reafirmó el apoyo de Washington al “derecho de Israel a defenderse” ante HAMAS. Asimismo, sostuvo que “es hora de poner fin a la devastadora guerra que lleva más de nueve meses en la Franja de Gaza”.
En reacción a los comentarios de Harris, Al-Rishq señaló que la política demócrata comenzó su campaña electoral a la Presidencia estadounidense “con mentiras inventadas, sin tener en cuenta los derechos humanos que dice proteger”.
Fustigó a la vicepresidenta estadounidense por ignorar el derecho del pueblo palestino a resistir al ocupante, garantizado por el derecho internacional, y lamentó que no reconociera el derecho del pueblo palestino “a la vida”.
Cuestionó la determinación de la Administración estadounidense para detener la guerra en Gaza. “Si quisieran detener la guerra, la habrían detenido y retenido su apoyo militar, político y de inteligencia al ejército nazi”, matizó, denunciando que más de 39 175 palestinos inocentes han sido asesinados en Gaza por el ejército israelí y “con armas estadounidenses”.
Concluyó, diciendo que “la Administración estadounidense debe trabajar para detener la guerra de exterminio, sabiendo que Netanyahu fue quien interrumpió repetidamente el acuerdo, y debe ser presionado y obligado a detener la brutal guerra contra nuestro pueblo indefenso”.
Además de proveer millones de dólares en ayuda militar a Israel, incluidas bombas pesadas, desde octubre pasado, Washington ha utilizado su poder de veto en varias ocasiones para impedir que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) emita una resolución que exija la implementación de un alto el fuego inmediato en la guerra.
El apoyo político y militar irrestricto de Estados Unidos al régimen se produce, a pesar de una orden emitida en enero por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el tribunal más importante de las Naciones Unidas, para que el régimen tome todas las medidas a su alcance para impedir el genocidio en Gaza.
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