“Todos en Gaza están pasando hambre y esto no es un subproducto de la guerra, sino resultado directo de la política declarada de Israel, que niega deliberadamente la entrada a Gaza de suficientes alimentos para satisfacer las necesidades de la población”, ha informado este lunes la organización pro derechos humanos israelí B’Tselem.
Aismismo, ha señalado que “alrededor de 2,2 millones de personas sobreviven día a día con casi nada, y habitualmente lo pasan sin comer”.
De igual manera, ha puesto de manifiesto que “la búsqueda desesperada de alimentos es incesante y, por lo general, infructuosa”, lo que, ha proseguido, “deja a toda la población con hambre” e incluye “bebés, niños, mujeres embarazadas o lactantes y ancianos”.
“Los residentes ahora dependen enteramente del suministro de alimentos del exterior de Gaza, ya que no pueden introducir casi ningún alimento por sí mismos”, ha recalcado la ONG, para luego avisar que “la mayoría de campos cultivados han sido destruidos y el acceso a zonas abiertas durante la guerra es peligrosa en cualquier caso”.
También la entidad pro derechos humanos ha denunciado que “La triste realidad es también que 9 de cada 10 personas no comen lo suficiente o no comen todos los días y no saben de dónde vendrá la próxima comida”.
At #UNHQ, @WFP's Deputy Executive Director @CarlSkau, who just visited #Gaza, says half the population are starving. "The grim reality is also that 9 out of 10 people are not eating enough or not eating every day and don't know where the next meal is going to come from." Says an… pic.twitter.com/ZEEP0idkCa
— Rami Ayari (@Raminho) December 14, 2023
B’Tselem repudia la destrucción el cierre de las fábricas, panaderías y almacenes de comida “por falta de suministros básicos, combustible o electricidad”, en momentos en los que las reservas de alimentos en casa particulares, tiendas o almacenes “hace tiempo que se agotaron”. Esto provocó el colapso de “las redes de apoyo social y familiar que ayudaron a los residentes a inicio de la guerra”, ha avisado.
Al respecto, la ONG denuncia las limitaciones al acceso de comida, agua potable, suministros básicos o combustible que Israel impuso sobre el enclave casi desde el inicio de la guerra genocida, como medida de desgaste al Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS).
“El hambre como método de guerra está prohibido, y cuando una población civil carece de lo que necesita para sobrevivir, las partes en conflicto tienen obligación explícita para permitir el paso rápido y sin trabas de ayuda humanitaria, incluido alimentos”, puntualiza la ONG israelí.
Siguiendo estas misma advertencias, B’Tselem ha alertado que si no se cumple con ello se comete “un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional”.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha descrito Gaza como un infierno en la Tierra, mientras que la Organización Mundial de Salud (OMS) compara complejos médicos del enclave con el baño de sangre.
eaz/hnb