“Advertimos al criminal Netanyahu sobre las consecuencias de su acto provocativo y profano contra la Mezquita de Ibrahim en Al-Jalil”, enfatizó Izzat Risheq, un alto miembro de HAMAS.
La decisión israelí, agregó, aumentará las tensiones y sin lugar a dudas, la nación palestina no se mantendría indiferente al respecto.
Por otro lado, informes locales indican el endurecimiento de las restricciones militares y de seguridad en Al-Jalil, incluidos el aumento de los puestos de control y el número de soldados, la realización de vuelos a baja altura y el despliegue de un helicóptero en las regiones cercanas a esa ciudad, entre otras.
Según un informe publicado el domingo por el diario israelí ‘Yedioth Aharonoth’, la agenda de Netanyahu en Al-Jalil incluiría una visita a la Mezquita de Ibrahim, con el fin de conseguir el apoyo de los grupos judíos extremistas para las próximas elecciones generales, que tendrán lugar el próximo 17 de marzo.
Con respecto a esa decisión, el informe advierte de la producción de una espiral de violencia en la ciudad de Al-Jalil e incluso en toda Cisjordania, ya que las anteriores visitas de los líderes israelíes a lugares islámicos desataron disturbios.
Como ejemplos similares a este caso, el rotativo menciona la "Intifada del Túnel" en 1996, cuando la orden de Netanyahu a excavar debajo de la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén), generó una oleada de enfrentamientos y la muerte de 80 palestinos y 17 soldados israelíes.
También, hace referencia a la visita del ex primer ministro israelí Ariel Sharon a la Mezquita Al-Aqsa en septiembre del año 2000 previo a las elecciones generales de ese régimen, que dio lugar a lo que más tarde se conoció como la "Segunda Intifada", un levantamiento popular contra décadas de ocupación israelí en el que perecieron miles de palestinos.
Los israelíes se consideran los principales propietarios de los territorios palestinos, y desde el inicio de su ocupación han soñado con la destrucción de santidades islámicas y en principal la Mezquita Al-Aqsa.
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