“Al cabo de tal operación, tendríamos cientos de funerales de soldados israelíes y estaríamos de nuevo en la misma situación en que estamos ahora”, afirmó el jueves el ministro israelí de cooperación regional, Tzachi Hanegbien.
El ministro aseguró que tras los choques de esta semana las autoridades israelíes optaron por controlar la situación y no comenzar una gran ofensiva contra Gaza por temor a las pérdidas que acarrearía al régimen de Israel.
El ministro también recordó que en caso de invasión israelí de la Franja de Gaza los grupos de la Resistencia palestina lanzarían operaciones en todos los territorios ocupados e Israel quedaría “paralizado”.
Además, el turismo y la economía israelíes sufrirían grandes pérdidas, ya que casi con seguridad los principales aeropuertos israelíes serían blanco de constantes ataques con cohetes, afirmó Hangebi.
Al cabo de tal operación (una invasión de la Franja de Gaza), tendríamos cientos de funerales de soldados israelíes y estaríamos de nuevo en la misma situación en que estamos ahora”, ha afirmado el ministro israelí de cooperación regional, Tzachi Hanegbi.
Israel inició el domingo una nueva serie de ataques contra la asediada Gaza. En reacción, los grupos de la Resistencia respondieron lanzando cientos de cohetes contra los ocupantes de los territorios palestinos.
El martes, sin embargo, el régimen de Tel Aviv y los movimientos de la Resistencia palestina pactaron un alto el fuego, lo que hizo que el ministro israelí de asuntos militares, Avigdor Lieberman, dimitiera al día siguiente de su cargo, arremetiendo contra el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Por parte palestina, el líder del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), Ismail Haniya, ha considerado la renuncia de Lieberman “una victoria política” para su movimiento y un fracaso para Israel.
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