Publicada: lunes, 9 de enero de 2023 8:18

El 30 de diciembre, la ONU aprobó una resolución en la que pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que ofrezca su punto de vista sobre las consecuencias legales de la “ocupación prolongada” de los territorios palestinos.

87 países en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) votaron a favor de la moción. Se esperaba que la resolución atrajera un apoyo internacional abrumador. No obstante, como era de esperar, entre los 53 países que se abstuvieron en la votación se encontraba La India.

La abstención de La India, que fue impulsada por el Partido Bharatiya Janata (BJP, por sus siglas en inglés), estaba evidentemente en línea con las prioridades de política exterior que habían cambiado drásticamente en Nueva Delhi.

La abstención de Nueva Delhi en la AGNU marcó otro revés en los lazos entre La India y Palestina, que se han erosionado gradualmente en los últimos años, especialmente bajo el gobierno nacionalista hindú liderado por Narendra Modi, a pesar de que La India fue el primer Estado no árabe en 1974 en reconocer a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como “el único y legítimo representante” del pueblo palestino.

No obstante, este apoyo inquebrantable y abierto de La India al pueblo palestino se remonta a la posición adoptada por el Congreso Nacional Indio, un movimiento político secular lanzado en 1885, antes de la independencia del colonialismo británico en 1947.

En octubre de 1937, cuando un comité parlamentario británico propuso la división de Palestina, el Congreso Nacional Indio extendió explícitamente su apoyo al movimiento palestino, que algunos historiadores creen que fue impulsado principalmente por la posición de Mahatma Gandhi sobre el tema.

“Palestina pertenece a los árabes en el mismo sentido en que Inglaterra pertenece a los ingleses o Francia a los franceses”, escribió el 26 de noviembre de 1938, Gandhi en el semanario Harijan.

Casi ocho años después, el fundador de La India moderna volvió a criticar el malvado nexo entre sionistas y occidentales.

“En mi opinión, han cometido un grave error al tratar de imponerse en Palestina con la ayuda de Estados Unidos y el Reino Unido”, escribió Gandhi en Harijan el 21 de julio de 1946.

Jawaharlal Nehru, el primer premier de La India Independiente, también se opuso con vehemencia a la idea de una “patria” imaginaria para los judíos en Palestina, considerándola una transgresión de las potencias coloniales.

Nehru creía que la política exterior de La India debía basarse en los principios de solidaridad con los oprimidos. Y, de acuerdo con los principios de su política exterior, Nueva Delhi tradicionalmente siguió siendo un defensor de la causa palestina.

Aunque La India estableció nexos diplomáticos con el régimen israelí a principios de la década de 1990, todavía parecía reticente a abrazar abiertamente a la entidad sionista debido a la posición tradicional de Nueva Delhi sobre el tema, los lazos históricos con muchos países musulmanes y una población musulmana interna considerable.

Después de que Narendra Modi asumiera el cargo en 2014, para gran disgusto de los defensores de Palestina en el país, la proximidad de Nueva Delhi con el régimen de Tel Aviv creció a pasos agigantados, a medida que el nacionalismo hindú y el sionismo se acercaban bajo el patrocinio de los “gemelos ideológicos”: Modi y Benjamín Netanyahu.

Modi se convirtió en el primer premier indio en funciones en visitar Tel Aviv en julio de 2017 y Netanyahu se convirtió en el primer premier israelí en visitar Nueva Delhi en 15 años en enero de 2018. Los observadores regionales consideraron que esta nueva simpatía entre las dos partes se apartaba de principios de política exterior de Nehru.

En los últimos años, bajo el liderazgo de Modi, La India ha intentado alejarse de sus políticas anteriores hacia Israel, convirtiéndose este régimen en uno de los mayores proveedores de armas para Nueva Delhi y un socio comercial clave.

El regreso de Netanyahu al poder en Israel, alegró a los halcones de Hindutva en La India, y los observadores políticos creyeron que es un buen augurio para las relaciones entre las dos partes.

Curiosamente, en mayo del año de 2022, cuando el régimen israelí fue criticado en todo el mundo por su bombardeo indiscriminado contra la Franja de Gaza sitiada, los radicales Hindutva en La India se regocijaron y apoyaron la carnicería.

El apoyo al régimen del apartheid en ese momento se amplificó en las redes sociales, con los principales líderes del partido gobernante de Modi tuiteando en apoyo al régimen israelí y en contra del pueblo oprimido de Palestina.

Este vínculo entre las dos ideologías exclusivistas, extremistas, fascistas y llenas de odio, el Hindutva y el sionismo, debe rastrearse en los libros de historia.

En su libro “Hindutva”, escrito en 1923, Vinayak Damodar Savarkar, el principal ideólogo de Rashtra Swayamsewak Sangh, la organización matriz del BJP, pidió la creación de Hindu Rashtra (estado hindú) en La India y la realización del “sueño sionista” de que Palestina se convierta en una patria judía.

Savarkar estuvo profundamente influenciado por el nazismo de Hitler. Consideró a los musulmanes y cristianos indios como “otros internos” e hizo campaña por la creación de un estado hindú sin musulmanes, que constituyen aproximadamente el 15 por ciento de la población del país.

“Goli Maaron Saalon ko” (Dispara a esos musulmanes traidores), dijo un alto líder del BJP, Kapil Mishra, durante un mitin público en 2021. Más recientemente, el ministro del Interior indio, Amit Shah, justificó el programa antimusulmán en Gujarat en 2002, diciendo que “se les enseñó una lección”.

Por lo tanto, la abstención de La India en la votación en la ONU fue un gesto del gobierno nacionalista hindú al régimen sionista de extrema derecha de Netanyahu que no debería causar sorpresa.

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Syed Zafar Mehdi, un periodista, comentarista político y autor radicado en Teherán. Ha informado durante más de 12 años desde India, Afganistán, Pakistán, Cachemira y Asia Occidental para publicaciones líderes en todo el mundo.