Publicada: sábado, 22 de octubre de 2022 5:44

Francia está viviendo desde el final de septiembre una ola de movilizaciones en protesta por el alza del coste de la vida debido a los precios de los combustibles provocados por la operación rusa en Ucrania.

“Los salarios son bastante bajos”. “Estoy preocupado por mi futuro y veo lo difícil que son las cosas para mi familia”. “El trabajo es cada vez menos recompensado”, así expresaron sus quejas decenas de miles de manifestantes franceses, y parece que esto es solo el comienzo del malestar social en Francia, un país que parecía estable y próspera, ahora está sumida en una grave crisis económica.

Las catastróficas repercusiones del conflicto ucraniano en el sector energético de Europa no cesan. Preocupada por una aguda escasez de energía en el próximo invierno, Europa también se ve envuelta en las limitaciones económicas de la devastadora guerra en Ucrania, que se manifiesta en forma de una alta inflación sin precedentes.

Según la Oficina de Estadísticas de la Unión Europea, la inflación en la Eurozona está alcanzando los dos dígitos. En Francia la gente está saliendo a las calles en estos días, clamando que el Elíseo desista de intervenir en la confrontación militar de Ucrania. Sin embargo, la respuesta de la Administración del presidente Emmanuel Macron ha sido el uso de porras, gases lacrimógenos, cañones de agua y represión violenta.

La huelga se ha reanudado durante varias semanas, lo que ha provocado escasez de combustible en un tercio de las estaciones de servicio del país; el número de huelguistas en las plantas de energía nuclear está creciendo, lo que alarma aún más a los funcionarios.

 

El pasado martes, más de 150 000 personas salieron a las calles de París para protestar contra el alza de los precios de combustibles. Esta multitud de personas fue recibida con una fuerte represión policial.

Los activistas subieron imágenes y videos de la represión policial en varias plataformas de redes sociales, lo que demuestra la brutalidad de la fuerza policial francesa. Sin embargo, según los informes, los manifestantes están decididos a continuar con sus levantamientos callejeros diarios.

Durante las protestas denominadas “Martes Negro”, un número considerable de estudiantes se unió a los trabajadores en huelga. Los estudiantes bloquearon las puertas de entrada a sus escuelas, impidiendo la entrada de estudiantes y personal.

A medida que las protestas ganan impulso, las universidades de Francia se unieron a las huelgas nacionales oponiendo a las políticas del gobierno. Según el diario francés Liberation, los manifestantes creen que los políticos que han impuesto sanciones a Irán también deberían abordar la difícil situación y la miseria de las familias trabajadoras y la menguante clase media.

También se preguntaron qué ¿La Administración de Macron tiene la intención de continuar actuando como lo ha hecho en los años anteriores, o adoptará una estrategia diferente durante el cuel invierno que se avecina?

Al respecto, Steve Hanke, el eminente economista estadounidense y profesor de la Universidad Johns Hopkins, tuiteó: “Las protestas en París se están convirtiendo en caos”. Miles de personas protestaron en París contra el aumento del costo de vida causado por las sanciones de la UE y la OTAN contra Rusia. El belicismo de Macron está empezando a generar GRANDES problemas en París.

Mientras tanto, el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, agradeció a la policía antidisturbios y calificó de matones a quienes agredieron a dos policías.

Por otro lado, Mick Wallace, representante de Irlanda en el Parlamento Europeo, desestimó todas las afirmaciones de los gobiernos europeos sobre la libertad de expresión tras la brutal represión de los manifestantes franceses.

Simultáneamente con las manifestaciones masivas en París, los medios franceses informan que la escasez de energía ha causado una situación tan precaria en Francia que el cierre de las líneas ferroviarias en algunas áreas es inevitable.

Clément Beaune, el Ministro de Transporte francés, declaró que el gobierno no consideraría la financiación de áreas que pretenden aumentar el costo del transporte público para hacer frente al aumento de los costos de energía.

En septiembre, el precio de la electricidad para el contrato de 2023 en Alemania y Francia superó los 850 euros y los 1000 euros por megavatio hora, respectivamente. En otras palabras, estos precios en ambos países se han multiplicado por más de diez en comparación con el año pasado.

Muchos ciudadanos están preocupados por los cortes de energía si Francia tendrá un invierno frío. Incluso una interrupción menor en el servicio de electricidad puede tener consecuencias de gran alcance, incluido el cierre de servicios domésticos esenciales como ascensores y televisores, sin mencionar la interrupción de la producción industrial y la falla de los sistemas de soporte vital en los hospitales, las líneas de comunicación que caen y un aumento de las tensiones sociales.

Por eso, las autoridades francesas hacen todo lo posible para llamar la atención de los ciudadanos sobre la necesidad de ahorrar energía tanto como sea posible. No obstante, esta estrategia es más fácil de implementar que responder a las demandas de los huelguistas de plantas nucleares de bajos ingresos aumentando sus salarios en solo un 5%.

Encuesta registra caída de popularidad del presidente francés

La popularidad del presidente de Francia y de la primera ministra, Elisabeth Borne, registró una caída, según una encuesta publicada este viernes, en medio del descontento que se vive en el país por las políticas del Gobierno.

El sondeo realizado por BVA Francia refiere que el apoyo a Macron descendió en un 7 por ciento, quedando en un 36 por ciento, mientras que el respaldo a Borne decreció en un 10 por ciento, para un total de 41 por ciento. 

Además, siete de cada diez entrevistados afirmaron que el Gobierno manejó mal la crisis causada por el paro en reclamo del aumento salarial que mantuvo a cerca del 30 por ciento de las proveedoras de hidrocarburos con limitaciones.