Occidente recién se conmovió cuando un pequeño aparecido muerto en una playa de Turquía, del drama de los refugiados sirios, también el “mundo” se conmovió cuando un grupo de fundamentalistas atacó París; pero la verdad es que estos episodios nos pusieron blanco sobre negro, no, el conflicto de Medio Oriente, sino, las consecuencias de las luchas de poderes y potencias en una región estratégica y de los cuales los dos acontecimientos antes mencionados son la consecuencia de los mismos.
El llamado: Estado Islámico de Irak y Levante, hoy: ISIS o Daesh siempre existió, solo que tuvieron que darse varias circunstancias geopolíticas para que salieran a la luz. Estos terroristas tienen su base religiosa en el “Wahabismo”, religión oficial de Arabia Saudita y que sostiene la Casa Real. Estos grupos ya habían sido usados por los europeos en 1916, por Francia e Inglaterra, cuando “estimularon” las tribus árabes contra Turquía en una guerra terrorista conducida por el espía inglés “Lawrence de Arabia”. Luego, con la revolución anticolonialista, laica y antimperialista árabe de los años 50, estos grupos religiosos no tuvieron nula influencia; hasta la revolución del Ayatolá Jomeini en Irán, que obligó a EE.UU. a establecer sólidos acuerdos políticos-militares y económicos con la Casa Saudí en reemplazo de su ex aliado el Sha de Irán. Que vuelven a tener influencia en la región estos grupos fundamentalistas. Recordemos que Bin Laden era de la familia real, fue enviado a Afganistán a organizar a los talibanes contra la ex URSS, con armas y asesores de la CIA; y financiamiento saudita.
Esto no debe llevar a concluir que no hay movimiento terrorista que pueda sostenerse sin el apoyo de algún poder internacional o Estado, para dejar las cosas en claro. Otro aspecto nunca “explicado” por los gobiernos, es el apoyo logístico de estos “terroristas”?, tema clave, cada combatiente tiene atrás un sinnúmero de hombres de apoyo, como es posible que un grupo de terrorista desconocidos hasta hace dos o tres años, pueden disponer de armas modernas, inteligencia satelital y operacional, equipos sanitarios, santuarios, reemplazos, vehículos, tanques y ahora dicen que están por disponer de fuerza aérea, etc., sin la intervención de alguna potencia o país, que bien puso de manifiesto la intervención de Rusia en Siria, con el incidente con Turquía, país por donde sale el petróleo del Daesh.
El otro punto a analizar, es a quien son “funcionales” estos “terroristas”. Por ello decimos que se dieron las condiciones geopolíticas en este siglo XXI para su “reaparición”. Ya que ni Europa, ni Israel, ni las petromonarquías quieren un Medio Oriente influenciado por un Irán potenciado. Situación que se complica más con el acuerdo del Grupo 5+1 que acordó el tema nuclear con Irán y ello la vuelve a instalar a la nación Persa como un poder regional determinante.
Hoy podemos afirmar: Que el pueblo francés y Occidente, paga de manera brutal, la irresponsabilidad, la hipocresía y el cinismo de gran parte de su dirigencia política. Pues hace más de 5 años los gobiernos de Francia se embarcaron en la desestabilización de Siria para derrocar su gobierno y restaurar un proyecto colonial en la zona que en estos tiempos resulta patético. Para ello se asoció a la Turquía de Erdogan y con su proyecto del "neo otomanismo" con nostalgias imperiales; con la monarquía saudita medieval, oscurantista y sanguinaria y con el emirato de Qatar, cuyos petrodólares "alimentan" campañas políticas europeas. Recientemente la prestigiosa revista norteamericana Foreign Policy, decía: “Riad es autor de tragedia en París por exportar terrorismo desde 1970”. El diario New York Times, expresó: “Arabia Saudí es el Daesh blanco”. Y la candidata a la Presidencia de EE.UU., Hillary Clinton expresó en agosto de 2014: “nos equivocamos al financiar y armar a los rebeldes sirios” y el presidente de Francia, François Hollande, reconoció que Francia había entregado armas a los “rebeldes”. A confesión de partes relevo de pruebas!
La seguridad y estabilidad del mundo está en juego y para asegurar la misma, debemos ser muy precisos en estos temas de terrorismo internacional y no confundir a la opinión pública con eufemismos como: hablar de rebeldes moderados. Más cuando vemos las consecuencias de las acciones recientemente ocurridas en Francia y que tienen en vilo a Europa y que aterroriza al mundo (efectuados por agentes adoctrinados en las escuelas Wahabitas sostenidas en Europa por Arabia Saudita), por ello debemos identificar muy bien al enemigo de la paz mundial como lo acaba de explicitar, exjefe del Pentágono, Chuck Hagel: Es Daesh el enemigo de EE.UU., no Al-Asad. Y más teniendo en cuenta que un informe reciente indica que en las filas del ISIS se encuentran 23 argentinos y tres brasileros, lo cual nos pone en el ojo de la tormenta.
Escrito por Carlos Pereyra Mele, Director de Dossier Geopolitico