La aeronave militar Lockheed Martin C-130J Super Hercules aterrizó el viernes en Kiev, capital ucraniana, procedente de la base aérea de Ramstein en Alemania, según informó el servicio de seguimiento de vuelos Flightradar24.
El aparato partió luego a las 14:56 hora local (11:56 GMT) de la capital de Ucrania rumbo a Eslovaquia.
Asimismo, según medios locales, un avión no tripulado espía estadounidense, tipo RQ-4 Global Hawk, fue visto sobrevolando zonas aledañas a Lugansk, república secesionista situada en el este de Ucrania.
✈️USAF 🇺🇸
— Intel Air & Sea (@air_intel) April 2, 2021
C-130J-30
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El informe se da a conocer en medio de la escalada de tensiones en el Donbás, otra república separatista del este de Ucrania y fronteriza con Rusia, de la que Kiev y Washington culpan a Moscú y que este rechaza categóricamente.
Ante tal circunstancia, el presidente estadounidense, Joe Biden, ofreció el viernes su “apoyo inquebrantable” a Ucrania frente a lo que llamó la “agresión de Rusia en Donbás y Crimea”.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, por su parte, en contacto telefónico con su homólogo ucraniano, Andréi Tarán, prometió ayer que Washington “no dejará sola a Ucrania” ante Moscú.
A finales de marzo, un buque de carga estadounidense atracó en el puerto de Odesa, en Ucrania, con 350 toneladas de equipos militares y vehículos para las fuerzas armadas del país europeo.
Asimismo, a principios del mes pasado, el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) anunció un nuevo paquete de asistencia militar para Ucrania con el fin de ayudarle a “defenderse de la agresión rusa”, por un valor de 125 millones de dólares.
Desde el inicio del conflicto entre el Ejército ucraniano y los independentistas en las regiones orientales de este país en 2014, EE.UU. ha proporcionado más de 2000 millones de dólares en ayudas militares a Ucrania.
Kiev trata de achacar a Moscú el conflicto en el este de su territorio; no obstante, las autoridades rusas rechazan las imputaciones y acusan a Occidente, encabezado por EE.UU., de incitar al país a iniciar un nuevo conflicto con los separatistas y desestabilizar las fronteras rusas.
En un intento por proteger su soberanía, el país euroasiático ha desplegado en los últimos días un gran número de tropas y equipos militares en la frontera occidental, y ha advertido de que responderá a un eventual envío de militares estadounidenses a Ucrania con todas las medidas que “hagan falta” para garantizar su seguridad.
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