En Teherán, la capital, una gran multitud ha asistido a las ceremonias luctuosas para dar el último adiós a los 110 héroes nacionales que lucharon en diferentes frentes de batalla durante la guerra impuesta por Irak (1980-1988), bajo la dictadura de Sadam Husein.
El acto coincide con el aniversario del martirio de Fátima az-Zahra, hija del Profeta del Islam (la paz sea con él) —el Hazrat Mohamad (P)—. También se han organizado masivas procesiones fúnebres en otras ciudades del país para despedir y rendir homenaje a otros 170 mártires no identificados de la Defensa Sagrada.
El evento se ha convertido, además, en un espacio para reiterar el apoyo a la nación palestina y condenar la brutal campaña de agresiones israelí contra la Franja de Gaza que se ha cobrado más de 19 000 vidas inocentes desde principios de octubre.
La multitud, que ondeaba banderas de Irán, Palestina y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), ha gritado lemas contra Estados Unidos e Israel y clamado el fin de los bombardeos indiscriminados contra el enclave costero.
Vistiendo el tradicional pañuelo palestino, la kufiya, símbolo de la identidad y la resistencia del pueblo palestino, algunos participantes, entre ellos adolescentes y jóvenes, se han solidarizado con las familias palestinas afligidas.
Durante la marcha del funeral, los participantes han gritado consignas para reafirmar su lealtad a los ideales de la Revolución Islámica y expresar su compromiso con la defensa del país.
La Defensa Sagrada se refiere a la epopeya de los ocho años de guerra que libraron los iraníes en defensa de su patria ante la agresión de Sadam Husein (1979-2003) que contó con el apoyo de varios países occidentales y regionales.
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