El acuerdo fue suspendido tras el triunfo de la Revolución Islámica de Irán en 1979, y ahora Teherán está pidiendo una indemnización valorada en unos 400 millones de libras.
El Ejecutivo iraní ha decidido presentar una querella este verano ante el Tribunal Supremo para acabar con esta disputa de 35 años con el país europeo, según recoge la edición dominical del diario británico “The Independent”.
Se trata de un acuerdo firmado entre el Shah de Irán y una empresa armamentística del Reino Unido, según el cual el país persa pagó unos 650 millones de libras (1,000,000,000 de dólares) por adelantado para la compra de 1500 carros de combate Chieftain de última generación.
Sin embargo, con el derrocamiento de la monarquía Pahlavi y el surgimiento de la República Islámica en 1979, Londres se negó a cumplir con el contenido del pacto, y como resultado de la agitación política sólo entregó al país persa 185 tanques, lo que llevó al Ejecutivo iraní a exigir la devolución de su dinero.
No obstante, el Gobierno británico se negó a reembolsar los fondos, lo que obligó a Teherán a iniciar un procedimiento legal y llevar el caso a un tribunal internacional.
Funcionarios del Ministerio de Defensa británico informaron al rotativo que esperaban alcanzar un acuerdo con Irán antes de que este país iniciara los trámites judiciales al respecto.
Sin embargo, un portavoz de esa misma cartera subrayó que su país no pagará ningún dinero a Irán, “mientras las sanciones (antiraníes) de la UE se mantengan vigentes”.
Agregó además que las partes están llevando a cabo negociaciones, pero que aún no se ha llegado a ningún entendimiento.
Irán y el G5+1 alcanzaron el pasado 24 de noviembre un acuerdo, con el objetivo de dar un primer paso para poner fin a una innecesaria crisis desatada por la propaganda negativa del régimen israelí en torno al programa iraní de energía nuclear.
Según el pacto, Teherán se compromete a suspender el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento y, simultáneamente, el Sexteto reduce parte de las sanciones contra el país persa, además de liberar unos 4 mil 200 millones de dólares de ingresos petroleros, bloqueados por bancos extranjeros, para cuya realización se dispone de un plazo de seis meses.
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