• Miles de japoneses salieron a las calles de la capital, Tokio, para protestar contra el proyecto de ley que pretende conceder mayores poderes a los militares del país. 18 de septiembre de 2015
Publicada: sábado, 19 de septiembre de 2015 18:08

Unas 10 000 personas se congregaron el viernes ante el Parlamento de Japón para protestar contra la nueva ley de seguridad.

De acuerdo con las fuentes locales, la protesta tuvo lugar en rechazo a la aprobación de la polémica reforma militar en el país asiático, según la cual las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) están autorizadas para defender a sus aliados y prestarles apoyo logístico si son atacados, también pueden participar en operaciones de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La medida se adoptó aun cuando los manifestantes, frente a las puertas del hemiciclo, gritaban: “Proteged a la Constitución” y portaban pancartas en las que se leía: “difundid paz y no guerra”.

Los oponentes nipones argumentan que la nueva reforma vulnera el pacifismo que recoge su Carta Magna desde 1945, tras la derrota de Japón en la segunda Guerra Mundial.

La ley se ratificó tras dos días de ásperos debates, incluidas intensas batallas entre parlamentarios, con 148 votos a favor y 90 en contra, según el presidente de la Cámara alta de Japón, Masaaki Yamazaki.

El primer ministro Shinzo Abe aduce que la reforma es “necesaria para proteger la vida del pueblo nipón”, asimismo asegura que explicará al pueblo con calma y detalle” el contenido de la ley.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe.

 

A su juicio, con esta medida, Japón será capaz de hacer frente a un “panorama regional en el que China gana cada vez más peso militar” y Corea del Norte sigue adelante con su programa nuclear y de misiles.

Según las encuestas, más del 60 % de los ciudadanos rechaza estas reformas y considera que no contribuirán a mejorar la seguridad de Japón, mientras que un 80 % cree que el Gobierno no ha explicado lo suficiente el porqué de los cambios.

La población japonesa está en contra de cualquier ley que permita entrar en combate a los militares nipones por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Desde la derrota de Japón en 1945, las tropas japonesas no han entrado en combate, pero los sucesivos gobiernos han ido desplazando a su conveniencia los límites impuestos por la Constitución, primero para habilitar un Ejército y después para implicar a Japón en operaciones no bélicas en el extranjero.

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