• El primer ministro bareiní, Jalifa bin Salman al-Jalifa, recibe a su homóloga británica, Theresa May, a su llegada al aeropuerto internacional de Manama, capital de Baréin, 5 de diciembre de 2016.
Publicada: martes, 6 de diciembre de 2016 11:07

La primera ministra británica llegó el lunes a Baréin en una visita oficial con la que busca expandir sus lazos con los países árabes del Golfo Pérsico.

"Hay tanto que podemos hacer juntos. Podemos ayudarnos a prevenir ataques terroristas, las inversiones del Golfo (Pérsico) pueden renovar ciudades en el Reino Unido o las empresas británicas pueden ayudar a los países del Golfo (Pérsico) a alcanzar su visión de la reforma de largo plazo", dijo Theresa May antes de partir de Londres, capital británica, rumbo a Manama, capital de Baréin.

La primera ministra tiene planeado participar la noche de este martes en una cena de trabajo con los líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, integrado por países ribereños del Golfo Pérsico: Arabia Saudí, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Baréin y Omán) en Manama, donde el miércoles ofrecerá un discurso en la 37ª sesión del consejo.

Hay tanto que podemos hacer juntos. Podemos ayudarnos a prevenir ataques terroristas, las inversiones del Golfo (Pérsico) pueden renovar ciudades en el Reino Unido o las empresas británicas pueden ayudar a los países del Golfo a alcanzar su visión de la reforma de largo plazo", dijo la primera ministra británica, Theresa May.

May firmará, durante su estancia de dos días en la pequeña monarquía árabe, un acuerdo de tecnología espacial con los Emiratos Árabes Unidos. Igualmente hay previsto en el viaje un nuevo plan de cinco años de entrada de visas para las empresas británicas que trabajan en Arabia Saudí.

Su visita a Baréin, que busca sentar las bases de un "nuevo capítulo" en los lazos con los Estados del Golfo Pérsico, según ha dicho May, ignora los llamados internacionales a abstenerse de viajes a dichos Estados por las violaciones generalizadas de los derechos humanos por parte de algunos de esos Gobiernos.

La postura de la primera ministra ante las infracciones de los derechos humanos en las monarquías árabes del Golfo Pérsico ha sido criticada por muchos organismos y entidades pro derechos humanos. Anteriormente May había dicho que tales violaciones no deben afectar a la política comercial de Londres.

"No hay duda de que habrá algunas personas en el Reino Unido que digan que no debemos buscar mayores vínculos comerciales y de seguridad con estos países debido a su historial de derechos humanos", dijo la política, que agregó sin embargo que su país necesita dichos vínculos para "mantener a nuestra gente a salvo y crear nuevas oportunidades de negocio".

Londres, un histórico aliado de Manama, ha sido acusado sistemáticamente de "encubrir" las brutalidades del gobernante régimen de los Al Jalifa, que desde el año 2011 reprime con violencia las manifestaciones pacíficas de la oposición.

 

El Reino Unido es además criticado por ser un suministrador de armas de primer orden a Arabia Saudí, sobre todo en momentos en que la monarquía saudí está implicada, desde marzo de 2015, en una campaña de bombardeos contra su vecino yemení.

Desde el inicio de la agresión saudí a Yemen, que ha dejado más de 7000 civiles muertos en el empobrecido territorio árabe, la corona británica ha vendido armas a Riad por un valor que asciende a los 3700 millones de libras esterlinas.

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