“Esa es la gran victoria de Dios para Nicaragua y con el pueblo de Nicaragua: retomar la normalidad, retomar la senda de paz y bien”, proclamó el viernes la vicepresidenta del país, Rosario Murillo, en un discurso.
La también primera dama de Nicaragua dio en el mismo por terminada la crisis que estalló en el país el 18 de abril, con protestas a favor y en contra del Gobierno de Daniel Ortega, así como con actos violentos de grupos contra la paz. Luego de “tres meses de terrorismo golpista, el pueblo de Nicaragua quiere paz”, señaló Murillo.
“Nunca se repara el daño psicológico que han hecho los golpistas en Nicaragua, ese terrorismo golpista, que Dios los perdone”, dijo la vicepresidenta. Hasta el momento, se ha informado de más de 300 muertos y muchos heridos, además de daños materiales provocados por los disturbios.
Esa es la gran victoria de Dios para Nicaragua y con el pueblo de Nicaragua: retomar la normalidad, retomar la senda de paz y bien”, proclama la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, sobre los actos violentos de la oposición y la crisis que atraviesa el país.
Con el objetivo de subsanar los daños, Murillo informó de que se apoyará a más de 70 familias a restaurar sus viviendas, afectadas por la violencia.
La dignataria anunció ya el jueves programas para restaurar la paz e hizo alusión a declaraciones del presidente Ortega en las que este prometió desarrollar un plan para atender a las víctimas del “terrorismo golpista”.
Aunque la reforma del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) aprobada en abril —esgrimida como principal razón de las protestas— fue finalmente revocada, se siguió usando como pretexto para cometer actos de sabotaje contra el Gobierno de Ortega.
El propio presidente ha afirmado en reiteradas ocasiones que detrás de los hechos violentos “terroristas” existe una “conspiración” impulsada por grupos apoyados por Estados Unidos y el narcotráfico, con el objetivo de derrocar a su Ejecutivo.
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