Decenas de personas se congregaron el sábado en la Zona Verde de Bagdad, cerca de la sede diplomática de Estados Unidos, para denunciar el fraude electoral tras las elecciones parlamentarias celebradas el pasado 10 de octubre.
Los indignados culparon a los funcionarios estadounidenses que fueron responsables de monitorear los comicios para evitar un fraude.
Según los informes, los manifestantes, además de instar a la Alta Comisión Electoral Independiente a realizar un recuento de votos, declararon su desconfianza en la comisión electoral acusándola del fraude y la manipulación de las elecciones.
Los representantes de la coalición Al-Fatah y del grupo Asaib Ahl al-Haq criticaron la última declaración del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) que elogió el éxito de las elecciones parlamentarias del país árabe antes de que se procesaran las apelaciones legales.
Al-Fatah subrayó que el elogio del ente internacional mostró su parcialidad y cuestionó el papel sospechoso de los observadores de la Unión Europea (UE) en el día de las elecciones y en el anuncio de los resultados.
El Comité de Coordinación de la Resistencia Iraquí convocó el pasado domingo manifestaciones pacíficas en protesta contra “flagrante fraude” en los comicios y, mediante un comunicado, denunció que “la descarada manipulación de los resultados electorales por manos extranjeras y la inacción del Gobierno en este sentido llevó a la IHEC a no llevar a cabo su misión y ceder a la presión extranjera”.
La Comisión Electoral de Irak anunció 16 de octubre los resultados finales de las recientes elecciones parlamentarias de país árabe. De acuerdo con los datos oficiales, el Movimiento Sadr liderado por Muqtada al-Sadr encabeza el conteo de votos, con 73 de los 329 escaños del Parlamento iraquí. La coalición, dirigida por el exlegislador Muhamed al-Halbusi, ocupa el segundo lugar, con 34 asientos; y el partido del ex primer ministro Nuri al-Maliki, el Partido Islámico Dawa (Llamado), ocupa el tercer lugar con 34 curules.
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