“El ataque contra las posiciones de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) fue un error estratégico de la Administración del presidente Donald Trump (...) cometido sin considerar las consecuencias”, ha declarado el miércoles Scott Anderson, un exdiplomático de la embajada de Estados Unidos en el país árabe.
En una entrevista concedida el martes a la cadena de televisión catarí Al-Jazeerah, Anderson ha recalcado que ese gran error de Estados Unidos ha llevado al pueblo iraquí a irrumpir en la embajada norteamericana en Bagdad (capital de Irak).
Además, adelanta que la medida imprudente de la Casa Blanca, sin duda, debilitará la postura de EE.UU. contra Irán en Irak, si bien, cree que es poco probable que Bagdad decida prescindir de la relación con Washington.
Anderson también ha sostenido que la legación en cuestión es extremadamente importante para Washington, porque es una de las embajadas más grandes de EE.UU. en el mundo, tanto en términos de tamaño como en el número de empleados. “Actualmente, alrededor de 1000 diplomáticos están trabajando en la embajada de Estados Unidos en Irak, y en cuanto a las fuerzas de seguridad, ese número se multiplica”, ha dicho el exdiplomático.
EE.UU. que durante los últimos años ha adoptado una serie de medidas para dañar la influencia de las fuerzas populares iraquíes, atacó el domingo varias instalaciones de estas tropas iraquíes en la provincia de Al-Anbar, tras acusar a Al-Hashad Al-Shabi de haber lanzado cohetes contra una base estadounidense en Kirkuk. El Gobierno iraquí niega la presencia de sus fuerzas populares en esta zona.
El primer ministro en funciones de Irak, Adel Abdul-Mahdi, por su parte, expresó su rotunda oposición al ataque contra las posiciones de Al-Hashad Al-Shabi, y alertó que la agresión puede aumentar la “tensión peligrosamente” en contra de la seguridad no solo del país sino de toda la región de Oriente Medio.
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