La fuente que pertenece a las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak indicó el viernes que la llamada coalición anti-EIIL, liderada por EE.UU., rechaza bombardear las posiciones terroristas en la provincia de Al-Anbar (oeste).
“La Aviación estadounidense sobrevuela la región, pero no apunta a las células de Daesh, lo que generó un estado de sorpresa porque el objetivo de la presencia de las fuerzas estadounidenses en la base militar de Ein al-Asad (en Al-Anbar) es luchar contra los remanentes terroristas”, recalcó.
Durante los últimos días han salido a luz varios informes que indican que EE.UU. ofrece apoyo a los terroristas en Irak. El diario Al-Akhbar informó en mayo pasado que la empresa militar estadounidense Blackwater volvió a Irak para hacer revivir a Daesh en el territorio iraquí.
La Aviación estadounidense sobrevuela la región, pero no apunta a las células de Daesh, lo que generó un estado de sorpresa porque el objetivo de la presencia de las fuerzas estadounidenses en la base militar de Ein al-Asad (en Al-Anbar) es luchar contra los remanentes terroristas”, dice una fuente de seguridad iraquí.
En este sentido, la agencia oficial siria de noticias SANA, ha indicado que las tropas estadounidenses han trasladado, a refugios seguros, a cientos de miembros de las familias de Daesh desde Siria a Irak.
Karim al-Mahmadavi, miembro del Parlamento iraquí, ha dicho recientemente que EE.UU. busca restablecer la presencia terrorista en Al-Anbar.
Además, señaló que Washington trata de obstaculizar el proceso político en Irak a través del apoyo a los disturbios en el país en un intento de impulsar el surgimiento del grupo terrorista.
Las protestas en Irak empezaron a principios de octubre de forma pacífica, pero, pese a las reformas aprobadas por el Gobierno iraquí para responder a las legítimas demandas de los manifestantes, se tornaron violentas después de que vándalos y saboteadores infiltrados comenzaran a disparar contra la Policía y los indignados.
Numerosos informes han ratificado que algunos actores, como EE.UU., Arabia Saudí y el régimen de Israel, han estado buscando aprovecharse de las protestas en un intento por provocar disturbios y crear caos en el país árabe, rico en petróleo.
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