“Les afirmo que no renunciaré y que con toda entereza enfrentaré y me sujetaré a los procesos que en ley correspondan”, afirmó el domingo por la noche a través de un mensaje transmitido al pueblo en radio y televisión.
Les afirmo que no renunciaré y que con toda entereza enfrentaré y me sujetaré a los procesos que en ley correspondan”, aseveró el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.
De esta manera, rechazó las declaraciones de la Fiscalía General del país centroamericano y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) que le atribuyeron a Otto el viernes el liderazgo de una mafia de defraudación aduanera denominada La Línea.
“Mi conciencia está tranquila. Daré la cara y demostraré frente a la institucionalidad que en ley corresponde mediante el debido proceso que no he sido parte y mucho menos receptor de esos fondos mal habidos en perjuicio del pueblo de Guatemala”, sostuvo.

Sin embargo, el mandatario reconoció las acciones corruptas de algunos funcionarios de su Gobierno, por lo que pidió disculpas a la nación guatemalteca “desde del fondo de su corazón”.
Considerando resguardar la institucionalidad como su principal deber, reiteró que asumiría su responsabilidad ante la ley pese a las protestas que a su juicio no atenderlas sería un alto riesgo en la situación actual.
Las afirmaciones del dignatario guatemalteco tuvieron lugar en la misma jornada que diferentes sectores sociales y académicos convocaron a manifestaciones en su contra para los próximos días martes, miércoles y jueves en todo el país.
Este escándalo político que ha sacudido a la opinión pública, cobró sus primeras víctimas el sábado, donde dos ministros y un comisionado de la gestión del presidente de Guatemala dimitieron en medio de las acusaciones de corrupción gubernamental que ha consternado al país centroamericano.

Desde el anuncio de la defraudación pública el pasado 16 de abril, Guatemala se ha convertido en escenario de manifestaciones antigubernamentales.
La última tuvo lugar el viernes cuando miles de guatemaltecos salieron a las calles para celebrar el encarcelamiento de la exvicepresidenta Rexana Baldetti además de exigir la renuncia del jefe del Ejecutivo.
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