Miles de ejecuciones extrajudiciales, conocidas como “falsos positivos”, se llevaron a cabo en el mayor escándalo de las fuerzas militares colombianas en su lucha de más de medio siglo contra los grupos rebeldes.
La mayoría de esas muertes ocurrió entre 2006 y 2008 bajo el Gobierno del expresidente Álvaro Uribe. La práctica consistía básicamente en un premiado “body count”: contar cuerpos para inflar los logros del Ejército. Decenas de jóvenes fueron engañados con promesas de empleo, sacados de sus territorios y llevados lejos para ser asesinados disfrazados de guerrilleros.
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