Según fuentes locales, un atacante suicida hizo estallar un vehículo cargado de explosivos al paso de un convoy formado por autobuses de la Fuerza Central de Policía de Reserva (CRPF, por sus siglas en inglés). El ataque se produjo a unos 20 kilómetros de la capital regional, Srinagar.
Los explosivos estaban instalados en el interior de una camioneta y estallaron al paso de un convoy de 78 vehículos en los que viajaban unos 2500 integrantes de la CRPF. Muchos de los cuerpos quedaron calcinados, por lo que las tareas de identificación se prolongarán.
El atentado provocó la condena de las autoridades indias, entre ellas, la del primer ministro, Narendra Modi, que tildó el hecho de violencia de “despreciable”.
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