La concentración ha tenido lugar desde el barrio madrileño Atocha hasta Puerta del Sol y contaba con la participación de un grupo de ciudadanos y miembros del movimiento Izquierda Unida (IU), del Partido Comunista (PCE) y la Red Europea de Solidaridad con la Revolución Bolivariana, entre otras agrupaciones.
En la marcha realizada bajo el lema “No a la guerra, no al golpe en Venezuela”, los indignados han rechazado las amenazas con “intervención militar” de Estados Unidos contra el país caribeño.
Además, han condenado a Washington y la oposición venezolana, de usar pretextos como la entrega de una supuesta ayuda humanitaria para justificar una agresión militar en el país sudamericano.
De acuerdo con el secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista español, Manu Pineda, la marcha fue organizada “por la paz, a la no injerencia y el respeto a la soberanía de los pueblos”.
La marcha fue organizada “por la paz, a la no injerencia y el respeto a la soberanía de los pueblos”, dice el secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista español, Manu Pineda, en rechazo a las amenazas de EE.UU. contra el Gobierno venezolano.
En la misma jornada de este jueves, el ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, ha anunciado que Madrid no apoyará una acción militar en Venezuela, por considerar que esa no es la solución a la situación que vive ese país.
Venezuela enfrenta días de quebranto, desde el 23 de enero, cuando Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional (de mayoría opositora y en desacato desde 2016), se autoproclamó presidente interino del país.
EE.UU. reconoció de inmediato al golpista e inició una recia campaña para derrocar al presidente Nicolás Maduro, legalmente elegido en las elecciones presidenciales de mayo de 2018. Además, continua en los intentos de ingresar una supuesta ayuda humanitaria en el país bolivariano, pese a la negativa del Gobierno venezolano.
Caracas se opone a esa llamada ayuda humanitaria por considerarla parte del complot golpista orquestado por EE.UU., y advierte que Washington utiliza este pretexto para suministrar armas a la oposición y promover una intervención en el país sudamericano.
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