“El tema de las armas es un asunto interno, y estamos dispuestos a discutirlo como parte de una estrategia defensiva para garantizar la seguridad del Líbano. Es un asunto libanés y no está relacionado con ningún factor externo”, enfatizó el miércoles el parlamentario del Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá), Ihab Hamade, en una entrevista concedida a la cadena de televisión Al Araby.
Sus declaraciones se produjeron un día después de que Reuters, citando a un “alto cargo de Hezbolá” anónimo, afirmara que el movimiento está dispuesto a negociar sobre sus armas con la condición de que Israel cese su agresión y se retire de las zonas ocupadas restantes en el sur del Líbano.
Hamadeh enfatizó que “Hezbolá no tiene fuentes”, enfatizando que las posiciones oficiales solo se comunican “de manera oficial”, al tiempo que rechazó cualquier injerencia extranjera en los asuntos internos del país levantino.
El legislador también afirmó la disposición del grupo a participar en conversaciones para proteger al Líbano, señalando que esta postura se ha reflejado desde hace tiempo en los comunicados oficiales del gobierno.
Denunció además que Israel ha violado el acuerdo de alto el fuego con El Líbano más de 3000 veces, reafirmando la disposición de Hezbolá a debatir una estrategia defensiva que garantice la protección y defensa del país, siempre que aborde las condiciones y los detalles necesarios y se gane la confianza del pueblo libanés.
Las condiciones incluyen el fin de las continuas violaciones israelíes de la tregua de noviembre de 2024, basado en la Resolución 1701 de las Naciones Unidas, la cual exige que Hezbolá se retire del norte del río Litani y ordena que solo el ejército libanés se despliegue en la zona.
Esto ocurre mientras Israel mantiene su presencia militar en cinco puntos fronterizos y lleva a cabo mortíferos ataques aéreos, acusando a Hezbolá de incumplimiento y al ejército libanés de aplicación insuficiente del cese el fuego.
Mientras tanto, Washington persiste en presionar al Líbano para que desarme a Hezbolá, y el enviado estadounidense, Morgan Ortagus, a finales de la semana pasada, comparó provocativamente al grupo con un “cáncer” que debe ser extirpado por completo.
Funcionarios de Hezbolá, incluido el secretario general, el sheij Naim Qassem, sostienen que el grupo se mantiene fuerte y comprometido con la resistencia, advirtiendo que, si bien están dispuestos a dar una oportunidad a la diplomacia, no permanecerán impasibles si persisten las violaciones de Israel y el Estado libanés no actúa.
“Si Israel no cumple [la tregua] y el Estado no toma las medidas necesarias, no tendremos más remedio que recurrir a otras opciones. Si llegamos a un punto en que las acciones israelíes no sean más que asesinatos, destrucción y ocupación, no podemos quedarnos como espectadores”, advirtió Qasem a principios de este mes, poco después de un mortífero ataque israelí en un suburbio del sur de Beirut.
El Líbano ha condenado la continua presencia de las fuerzas militares israelíes, considerándola una violación del acuerdo de alto el fuego y del plazo establecido para la retirada. Altos funcionarios en Beirut han expresado su compromiso de tomar “todas las medidas necesarias” para expulsar a las tropas de ocupación del país.
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