Un artículo divulgado el miércoles por el diario estadounidense The New York Times revela que un grupo de abogados norteamericanos impidió que el Gobierno del presidente Barack Obama ejecutara tal operación.
Pese a que EE.UU. llevaba una década de conflicto con Al-Qaeda, la estrategia propuesta exigía dar respuesta a un gran número de importantes cuestiones legales, algunos de ellas sin precedentes", señala el profesor de derecho de la Universidad de Texas Robert M. Chesney.
“Eso ocasionaría la muerte a decenas de civiles del vecindario”, escribe el periódico en su nota, en la que agrega que cuatro letrados demostraron entonces que dicho plan traería consigo "importantes daños colaterales" de tipo legal.
Otros planes, prosiguió el informe, consistían en capturar con vida al jefe terrorista, trasladarlo a la cárcel de Guantánamo, ejecutarlo y echar su cuerpo al mar.
Con el fin de superar los obstáculos legales, el Ejecutivo de Obama consultó con los mencionados abogados, que concluyeron que los equipos de Mar, Aire y Tierra de la Armada de los Estados Unidos (SEAL, por sus siglas en inglés) asesinaran al fugitivo Bin Laden.
"Pese a que EE.UU. llevaba una década de conflicto con Al-Qaeda, la estrategia propuesta exigía dar respuesta a un gran número de importantes cuestiones legales, algunos de ellas sin precedentes", señala el profesor de derecho de la Universidad de Texas Robert M. Chesney.
EE.UU. acusa al ciudadano saudí de haber organizado los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, así como el de Washington, por lo que había puesto precio a su cabeza.

La muerte de Bin Laden es un enigma, ya que las autoridades estadounidenses decidieron no sacar a la luz los detalles de lo que pasó y se limitaron a dar explicaciones vagas. A finales de 2014, el exmilitar estadounidense Robert O’Neill se identificó como el hombre que había acabado con la vida del líder terrorista.
Cabe agregar que el pasado mes de mayo, un polémico artículo en la revista británica London Review of Books, escrito por el destacado periodista estadounidense Seymour Hersh, descartó completamente la versión de EE.UU. sobre el ataque de los SEAL al líder extremista, y aseguró que Washington contó con el apoyo de Islamabad para averiguar el paradero de Bin Laden.
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