El viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en Twitter una gran protesta en la capital, Washington D.C., a celebrarse el próximo miércoles 6 de enero, justo el día en que el Congreso se reunirá para certificar los votos del Colegio Electoral y solidificar la victoria del presidente electo, el demócrata Joe Biden.
Hasta el momento, se barajan cuatro protestas, encabezadas por algunos de los partidarios más fervientes del magnate inmobiliario, con la intención de presionar a los legisladores republicanos para que se alineen en la misión de anular la victoria electoral de Biden.
Las reacciones de condena no tardaron en llegar, incluso uno de sus correligionarios, el senador republicano por Nebraska, Ben Sasse, criticó estas iniciativas. “El presidente y sus aliados juegan con fuego”, alertó.
Según el rotativo norteamericano USA Today, las fuerzas del orden federales y locales se están preparando para lo que podría ser la protesta más intensa de los simpatizantes del presidente saliente.
Por otra parte, varios grupos pro-Trump están incitando en línea a la desobediencia ciudadana y convocan a los descontentos a congregarse el 6 de enero en la capital.
Hasta ahora, han fracasado todas las acciones legales de Trump y de su equipo a fin de probar un fraude electoral y revocar el resultado de los comicios presidenciales ganados por Biden.
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