“Sospecho firmemente que si el presidente no gana la relección, perdonará a muchas más personas relacionadas con la Organización Trump, su familia, las personas que trabajan allí e incluso él mismo”, dijo el viernes Andrew Weissmann, que trabajó con el exfiscal especial Robert Mueller en la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016.
Weissmann señala que “eso podría ser impugnado por el Departamento de Justicia si decidiera continuar con un proceso penal”, pues es algo que carece de precedentes: un presidente nunca se ha perdonado.
Sus cometarios aludían a las declaraciones hechas en el pasado por el mandatario sobre que tiene el poder de perdonarse a sí mismo, pero que no lo hará “porque no ha hecho nada ilegal”.
Si Trump gana un segundo mandato, el límite de tiempo para iniciar un enjuiciamiento en su contra se agotaría en los próximos cuatro años. Si pierde, las acusaciones podrían seguir su curso rápidamente.
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