Estados Unidos viven una pandemia sin freno que cada día se pierden vidas. Quienes están sufriendo más son las comunidades afroamericanas y latinas, y aún más los indocumentados que viven aterrados por la falta de un seguro social no reciben ayuda económica, muchos ni siquiera quieren atenderse enfermedades regulares, el temor al COVID-19 o el no tener dinero para pagar consultas lo hacen cada día más difícil esto lo dicen los expertos en salud pública.
Según un reciente panel de expertos organizado por Ethnic Media Services dijeron que esta población le toca saltar barreras más altas y la epidemia las ha agigantado aún más. Entre la comunidad inmigrante hay ansiedad y miedo de usar beneficios considerados carga pública por la Administración de Trump. Por miedo a la deportación los inmigrantes sin papeles prefieren no pedir servicios de salud.
Según una reciente encuesta de Urban Institute, el 80 % de las familias no sabían que podían inscribir a sus hijos en un plan médico, sin afectar al estatus inmigratorio de sus padres. Hoy con la emergencia de pandemia por ley no se le puede negar un examen de COVID-19 a ningún habitante.
La Coalición de los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados dice que la normativa de la carga pública de Trump ha puesto de manifiesto la discriminación y el racismo en el sistema de salud del país y lamentablemente se ven los efectos.
Rosie Orbach, Los Ángeles (California).
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