El representante especial de EE.UU. para Siria, James Jeffrey, anunció el jueves que Washington proporcionará esta cantidad de dinero para los “heroicos” cascos blancos, a pesar de un compromiso anterior de dejar de financiar al grupo conocido por puesta en escena falsa bandera de ataques químicos en Siria.
Tras el anuncio —realizado en la tercera conferencia sobre el apoyo al futuro de Siria y la región, celebrada en Bruselas (Bélgica)—, el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EE.UU., Robert Palladino, emitió un comunicado en un intento para justificar la “donación” a los llamados cascos blancos.
Palladino dijo que Washington “tiene la intención de proporcionar cinco millones de dólares estadounidenses para la continuación de las operaciones vitales y de salvamento de los cascos blancos en Siria”.
Washington “tiene la intención de proporcionar cinco millones de dólares estadounidenses para la continuación de las operaciones vitales y de salvamento de los cascos blancos en Siria”, anuncia el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EE.UU., Robert Palladino.
Según la nota, los fondos están sujetos a la aprobación del Congreso estadounidense. También afirma que los llamados cascos blancos han salvado “más de 114 000” vidas desde el conflicto sirio.
Estas argumentaciones tienen lugar, mientras el representante permanente de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra (Suiza), Husam al-Din Ala, denunció el miércoles que EE.UU. y el Reino Unido financian a los cascos blancos para ser un presunto brazo humanitario de la banda terrorista Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham) y como la principal herramienta en la campaña mediática librada contra el país árabe.
A su vez, el embajador ruso ante la ONU en Ginebra, Gennady Gatilov, aclaró que el Occidente no cumplió sus promesas de sacar a todos los integrantes de los cascos blancos de Siria, advirtiendo que esta organización sigue preparando nuevas provocaciones con armas químicas en la zona de desescalada en Idlib (noroeste de Siria), con la intención de acusar a Damasco del uso de las mismas e impedir una posible operación militar, dirigida por el Ejecutivo sirio, para evacuar a los civiles de Idlib.
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