Rodeada de decenas de manifestantes que la apoyan, Marta acudió a su cita con autoridades migratorias en Baltimore, con la incertidumbre de no saber si le permitirán quedarse en el país.
Marta vive diez años en Maryland, cada año se ha presentado a sus citas con inmigración, pero en marzo de este año le dijeron que debe irse y volviera a la siguiente cita, con sus boletos de avión. Gracias a la presión de activistas y legisladores, se le extendió un plazo de dos meses, para revisar su caso.
Nelson es un “Soñador” de origen centroafricano a cuyo padre se le negó una solicitud de asilo y por lo tanto, su situación migratoria también está en manos de ICE (siglas inglesas de Immigration and Customs Enforcement).
Para miles de inmigrantes, comparecer a su cita con autoridades migratorias, se ha convertido en el Vía Crucis de nuestro tiempo, como consecuencia de la política racista e intolerante de la Administración Trump.
A Marta le dieron a elegir entre comprar su boleto de retorno a Honduras o permanecer detenida hasta ser deportada. A Nelson lo dejaron en libertad, debe presentarse en una nueva cita el mes de enero.
Alfredo Miranda, Maryland
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