La información se ha dado a conocer este lunes por funcionarios norteamericanos consultados por la agencia británica de noticias Reuters, pero todavía no ha habido un anuncio oficial del Departamento de Comercio al respecto.
La compañía china acordó declararse culpable por incumplir los términos de una cláusula vinculada a la violación de sanciones, y el Gobierno estadounidense le permitió seguir accediendo al mercado norteamericano, bajo el acuerdo, pero se vio obligada a pagar 890 millones de dólares en multas.
Según las fuentes consultadas, ZTE, un vendedor líder de teléfonos celulares en Estados Unidos con sede en Shenzhen, prometió entonces despedir a cuatro empleados de alto rango y penalizar a otros 35, reduciéndoles sus bonos o imponiéndoles otro tipo de reprimendas.
Fue el pasado mes de marzo que la empresa china reconoció haber despedido a los cuatro empleados en cuestión, pero no tomó medidas disciplinarias ni redujo los bonos de los otros 35 trabajadores implicados, algo que probablemente provocó la medida de EE.UU.
“No podemos confiar en lo que nos dicen. Y en comercio internacional, la confianza es muy importante”, ha declarado uno de los funcionarios a Reuters. La agencia británica no ha podido contactar con las autoridades de la empresa china para que esclarezcan la situación.
Sin embargo, el abogado de control de exportaciones que representa a los proveedores de ZTE, Douglas Jacobson, se ha mostrado sorprendido por la medida y la ha calificado de “altamente inusual”, pues ha reconocido que esta prohibición afectará severamente a la empresa.
Estados Unidos ha multado a empresas extranjeras, como ZTE, por eludir las sanciones impuestas a países como Irán y Corea de Norte. Estas medidas se producen pese a la aplicación del acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) que, de hecho, implica el levantamiento de todas las sanciones económicas aplicadas a la República Islámica
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