La campaña rumbo al balotaje, que ocurre en medio de una escalada de violencia asociada al narcotráfico, arrancó con el llamado de los candidatos a concentrarse en Quito en ocasión del debate obligatorio del Consejo Electoral.
“Es un inicio de segunda vuelta tenso, con una tensión que viene, yo creo, en parte dada por el empate que se produjo durante la primera vuelta”, dijo a la prensa el jefe adjunto de la misión de observadores de la Unión Europea (UE), José Antonio de Gabriel.
La candidata Luisa González, abogada de 47 años por el movimiento de la Revolución Ciudadana, destacó la necesidad “de sacar adelante un país que viene cada día peor”, y añadió que en este último año y medio “se ha profundizado la pobreza, el desempleo, la violencia, y necesitamos un cambio urgente”.
Quien gobierne el país durante los próximos cuatro años deberá hacer frente a una crisis económica. La deuda pública se sitúa en torno al 57% del PIB, según datos del FMI, y la guerra contra el narco resulta costosa.
La contienda electoral se avizora muy reñida, en medio de la violencia de organizaciones locales con nexos con cárteles internacionales como los mexicanos Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Analistas definen como muy complejo el panorama que vive el Ecuador, pues el país está tomado por la violencia de bandas que vienen del narco y el crimen organizado internacional.
En febrero, Noboa y González captaron el 88,17% de los casi 10,3 millones de votos válidos, que se repartieron entre 16 candidatos.
Unos 13,7 millones de electores están llamados a las urnas el 13 de octubre. En la primera vuelta, se registraron casi un millón de votos en blanco y nulos, además de 2,5 millones de abstenciones. En esta segunda vuelta, la candidata del movimiento Revolución Ciudadana, Luisa González, enfrentará al presidente Daniel Noboa, quien busca la reelección.
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