Esmail Jatib anunció este jueves que el complot tenía como objetivos a autoridades religiosas, judiciales y miembros del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) de este país.
El ministro iraní puso de relieve que los enemigos están tratando de hacer que las fronteras orientales del país sean inseguras y buscan “alimentar las diferencias étnicas y religiosas” en el país.
El domingo, el Ministerio de Inteligencia informó en un comunicado la ejecución de un operativo de sus agentes que logró frustrar un complot destinado a provocar hasta “30 explosiones simultáneas” en toda la capital, Teherán.
En ese operativo, 28 terroristas fueron arrestados en relación con el complot, que pretendía atacar los “centros poblados” de la ciudad, señala el comunicado.
Otra acción del Ministerio de Inteligencia que ha sido reportada en los medios de comunicación en los últimos días fue el hallazgo de 400 bombas, de las cuales los terroristas planeaban detonar 40 en congregaciones religiosas durante los días de Muharram.
El año pasado, Irán fue escenario de incidentes de violencia callejera después de la muerte de la joven Mahsa Amini, de 22 años, ocurrido el 16 de septiembre en un hospital, después de desplomarse en una estación de policía en Teherán, la capital.
Elementos antirrevolucionarios se infiltraron en las protestas pacíficas por la muerte de la joven iraní y las volvieron violentas, incitados por medios occidentales, dando lugar a ataques contra agentes de seguridad y bienes públicos.
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