La Dirección General de Inteligencia de Sistán y Baluchistán (sureste) ha anunciado este sábado en un comunicado que sus agentes secretos identificaron y arrestaron a los miembros de una banda terrorista de seis personas por su implicación en el secuestro y asesinato de un hombre de la minoría comunidad baluchí y su esposa en la ciudad de Iranshahr.
“Esta célula terrorista de seis personas, secuestró recientemente a mano armada a Samir Baluch y su esposa embarazada, identificada como Hanigol Baluch, de la ciudad de Iranshahr, y los transfirió a las inmediaciones de Saravan, donde los torturó, mató y quemó los cuerpos y finalmente dejó allí los restos”, reza la nota.
La Inteligencia de Sistán y Baluchistán, agrega el texto, abrió una investigación extensa y exhaustiva dentro y fuera del país tras los reclamos de los ciudadanos para conocer los detalles del crimen y logró identificar y detener a los autores del asesinato gracias a la cooperación de la comunidad baluchí.
La nota denuncia que el enemigo intentó aprovechar este trágico incidente como muchos otros casos ocurridos en los últimos meses en el país y atribuir los asesinatos a los guardias de seguridad iraníes con el objetivo de inducir una atmósfera de inseguridad hacia el aparato de seguridad.
La Inteligencia de Sistán y Baluchistán avisa que el enemigo y su gran imperio mediático intentó usar este brutal incidente para alimentar la inseguridad y revivir los disturbios en el país a pocos días del primer aniversario de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini ocurrida el 16 de septiembre.
El año pasado, Irán fue escenario de incidentes de violencia callejera a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini. De hecho, los elementos antidemocráticos se infiltraron en las protestas pacíficas por la muerte de la joven iraní y así se volvieron violentas con las incitaciones de los medios occidentales, dando lugar a ataques contra agentes de seguridad y bienes públicos, así como contra ambulancias, lugares sagrados públicos y vehículos policiales.
Las autoridades iraníes detectaron huellas de Estados Unidos, Israel y varios países europeos en los disturbios, asegurando que el complot fue urdido para desestabilizar el país y derrocar la República Islámica, no obstante, el plan de los enemigos fue totalmente frustrado.
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