Durante la ceremonia oficial de bienvenida a la 86.ª flotilla de la Armada de la República Islámica de Irán en el puerto de Bandar Abás (sur), tras finalizar un viaje alrededor del mundo, el comandante de la Fuerza Naval del Ejército de Irán, el contralmirante Shahram Iraní, ha destacado este domingo que, en efecto, el orden mundial liberal centrado en EE.UU. ha dado paso a un orden multipolar.
El contralmirante iraní ha remarcado que una de las consecuencias de este nuevo orden es la formación de nuevas alianzas y el ejercicio de poder de las potencias emergentes.
En este contexto, Iraní ha destacado que “la República Islámica de Irán, con el discurso de resistencia y con la consigna de la paz y la amistad, está encaminada a posicionarse y mostrar sus capacidades en el período de transición al nuevo orden internacional, que es una señal de los infinitos indicios del debilitamiento de la hegemonía estadounidense y la transición del mundo a un sistema multipolar”.
El comandante iraní ha asegurado que Irán aprovechará esta oportunidad de la transición en curso para posicionarse, y la Fuerza Naval estratégica del Ejército de Irán es pionera en este campo.
El comandante ha subrayado que las fuerzas de la Armada iraní, con esta misión, “registraron una epopeya y un honor inolvidables” y “una página de oro en la historia de Irán y el mundo islámico”.
Al realizar 213 días de navegación con los buques Dena y Makran, la flota naval iraní “pudo estar presente en los océanos para demostrar que Irán y los iraníes no están aislados y no pueden ser sancionados”, ha resaltado.
La 86.ª flotilla de barcos, compuesta por el destructor de fabricación nacional Dena, y el buque base avanzado Makran, —que zarpó de la ciudad portuaria de Bandar Abás el 20 de septiembre de 2022—, regresó al país, hace unos días, después de una travesía por los océanos índico, Pacífico y Atlántico durante ocho meses.
La misión, denominada ‘360 grados’, se considera como el primer viaje alrededor del mundo de la Armada iraní.
Los buques Dena y Macran (el buque más grande de la Armada de Irán) fueron una espina en el ojo de Estados Unidos desde que iniciaron su misión, cuando desafiaron los avisos de Washington navegando por las aguas de América Latina, el llamado “patio trasero” del país norteamericano. En esta línea, el Tesoro estadounidense incorporó en febrero los dos buques a su lista de embargos, medida que ni siquiera frenó la travesía de la flotilla.
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