El pasado 3 de enero, Estados Unidos asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y Teherán, en un ataque de represalia, atacó con misiles dos bases estadounidenses en Irak, entre ellas la estratégica instalación militar Ain Al-Asad.
La ofensiva de represalia de Teherán demostró que los misiles balísticos iraníes, tanto en tecnología como en competencia operativa, tienen el potencial de causar un gran daño a las operaciones militares de EE.UU. en la región, resalta el Centro estadounidense de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).
En un informe publicado esta semana, CSIS señala que el CGRI lanzó unos 20 misiles balísticos contra Ain Al-Asad —base ubicada en la provincia iraquí de Al-Anbar— y muchos de ellos impactaron con “una sorprendente precisión” contra sus objetivos.
Tras referirse a los intentos del presidente de EE.UU., Donald Trump, y su Administración para desestimar el número de bajas por el ataque iraní, el reporte señala que al menos 64 soldados estadounidenses fueron diagnosticados con una lesión cerebral traumática
“Este número ha aumentado constantemente y puede aumentar aún más, ya que los síntomas de la lesión cerebral traumática no se presentan siempre de inmediato”, agrega.
El 16 de enero, el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) afirmó que 11 soldados fueron diagnosticados con una lesión cerebral traumática. La cifra se elevó después a “un mayor número de soldados heridos”, luego a 34, 50 y el jueves pasado, los oficiales norteamericanos subieron esta cifra a 64.
Soldados de EE.UU. que vivieron el ataque misilístico de Irán contra su base en Irak han afirmado que fue la “mayor” ofensiva que han enfrentado durante su carrera militar, tal y como ha declarado el sargento primero Larry Jackson al programa PBS NewsHour.
Entre tanto, las autoridades iraníes aseveran que el bombardeo con misiles contra la base Ain Al-Asad fue solo una respuesta al ataque estadounidense al vehículo de Soleimani y sus compañeros, y no al asesinato de este prominente militar persa. “La expulsión de los estadounidenses de la región será la venganza”, agregan.
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