“No fue exactamente el ejercicio naval más grande del mundo, ni siquiera uno muy significativo en términos de potencia de fuego, pero cuando Irán, Rusia y China reunieron sus barcos en Chabahar, en el sureste de Irán, el viernes, estaban enviando un mensaje al mundo”, con estas palabras el rotativo israelí The Jerusalem Post dio inicio a un reporte, que vio la luz el sábado.
El periódico destacó que varios fotógrafos iraníes estuvieron presentes en Chabahar para capturar el momento en el que los buques de los tres países se preparaban para iniciar sus maniobras conjuntas en las aguas del mar de Omán.
Este hecho, según el medio israelí, constituyó un gran momento para Teherán, pues demostró que las sanciones de Estados Unidos y los intentos por aislarle no están funcionando en absoluto.
Para tal simulacro, que cubría 17 000 kilómetros cuadrados en las aguas del océano Índico, añadió The Jerusalem Post, las Fuerzas Armadas persas han hecho uso de sus buques más avanzados, incluidos los destructores Sahand y Alborz, demostrando al mundo entero que su poderío tecnológico militar abarca también el ámbito naval.
En otra parte de su reporte, el tabloide israelí dejó en claro que “la Armada de Irán no es rival para los estadounidenses, pues el propósito detrás de estos ejercicios no era mostrar que puede enfrentarse a EE.UU., sino demostrar que puede asociarse con otros países que también quieren desafiar el poder de Estados Unidos a largo plazo”.
Los simulacros navales, denominados ‘Cinturón de Seguridad Naval’, que incluyeron ejercicios tácticos, como el rescate de fragatas bajo ataque, comenzaron en la ciudad portuaria de Chabahar, situada en las costas surorientales iraníes del mar de Omán.
Estas maniobras trilaterales se realizaron en un momento en el que Washington intenta forjar una llamada coalición, so pretexto de proporcionar seguridad marítima cerca de las aguas de Irán, es decir, el Golfo Pérsico, tras unos incidentes en la región de los cuales EE.UU. y el Reino Unido culparon a Teherán.
Por su parte, la República Islámica ha negado en repetidas ocasiones su participación en tales actos y ha dicho a los países regionales que son ellos los que deben garantizar la seguridad de la zona sin que medie presencia foránea alguna.
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