En unas maniobras, bautizadas como Fadaian Harim Velayat 7, celebradas el pasado octubre, la Fuerza Aérea de Irán pusieron a prueba, por primera vez, bombas inteligentes y certeras de largo alcance en aviones no tripulados, así como varios sistemas aéreos y armas más modernas fabricados por expertos iraníes.
El misil balístico de largo alcance Emad, el misil balístico tierra-tierra Zolfaqar, el sistema de radar avanzado Afaq, con capacidad de detectar objetivos a una distancia de 200 kilómetros, la producción masiva del cazabombardero Saeqe, y el avanzado tanque de guerra Karrar, se encuentran entre otros avances considerables en la diplomacia defensiva del país persa.
La nación persa ha dado muestra de capacidad operativa en la defensa de la navegación del Golfo Pérsico y protección de buques mercantes y petroleros. Su poder naval está basado en los destructores Yamaran 1 y 2, Damavand y el avanzado Destructor Sahand capaces de transportar helicópteros, misiles mar-mar y mar-aire, artillería avanzada y torpedos, dotados además de un sistema de guerra electrónica.
Aunque Irán enfatiza que sus programas militares, incluido el de los misiles, son indiscutibles, ha garantizado, una y otra vez, que su capacidad defensiva no constituye amenaza alguna para la región, sino que tiene por meta preservar su soberanía e integridad territorial.
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