• El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, habla en una rueda de prensa en La Habana, 22 de octubre de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: sábado, 21 de noviembre de 2020 16:27
Actualizada: sábado, 21 de noviembre de 2020 19:00

Cuba rechaza las “calumnias” del equipo electoral del presidente de EE.UU., Donald Trump, sobre que la isla había influido en su derrota en las elecciones.

A través de una nota emitida el viernes en su cuenta en Twitter, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, arremetió contra Rudy Giuliani, abogado personal del todavía mandatario estadounidense, por responsabilizar a la Mayor de las Antillas de interferir en el resultado de las elecciones presidenciales de 3 de noviembre del país norteamericano.

Representantes del presidente Trump mienten sin piedad al difundir información falsa sobre la supuesta injerencia cubana en las elecciones estadounidenses. Calumnia pura. En contraste con la política actual del Departamento de Estado EE.UU., Cuba no interfiere en el proceso electoral de otros países”, denunció Rodríguez.

Giuliani, exalcalde de Nueva York, alegó el jueves que el sistema de votación que se utilizó en las presidenciales de EE.UU. está vinculado con Venezuela, Cuba y otros actores globales que “no quieren que Trump continúe siendo presidente”.

 

Al respecto, la abogada Sidney Powell, vinculada a la campaña electoral de Trump, enfatizó que el “dinero comunista” había sido empleado para influir en los comicios, aludiendo a los Gobiernos de Venezuela, Cuba y China.

Esto a pesar de que el director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA, por su sigla en inglés), Chris Krebs, en un informe presentado el pasado 13 de noviembre, afirmó que “no hay evidencia de que algún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya de cualquier forma estado comprometida”. 

No obstante, el informe provocó el despido de Krebs, ya que a Trump, que insiste en que un “fallo” de las máquinas de votación cambiaron sus votos a favor del demócrata Joe Biden, no le gustaron sus afirmaciones.

El actual mandatario de EE.UU. se niega a reconocer la victoria de su rival en las presidenciales del 3 de noviembre y ha destituido a funcionarios de alto nivel considerados insuficientemente leales.

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