La atmósfera está compuesta por casi 78 % de nitrógeno, 21 % de oxígeno, 0,9 % de argón y 0,03 % dióxido de carbono. Este delicado balance entre gases permite que en el planeta se puedan dar formas de vida aeróbicas, pero con el calentamiento global, los niveles de este gas necesario para la vida podrían verse afectados.
El equipo conjunto de Kazumi Ozaki, de la Universidad de Toho, en Japón; y Christopher Reinhard, del Instituto de Georgia, en Estados Unidos; realizó una serie de pruebas que pueden ilustrar este fenómeno.
En la revista New Scientist, el equipo mostró que a medida que el Sol envejece, se vuelve más caliente. Eso hace que en la Tierra disminuya drásticamente la cantidad de dióxido de carbono, el cual es requerido por las plantas para vivir.
Por otro lado, como la Tierra se está viendo afectada por aumentos en la temperatura, algunos gases se escapan antes de entrar a la atmósfera. Además, debido a los gases de efecto invernadero, la capa de ozono tiene agujeros que permiten que pase más de la radiación producida por el Sol. Con mayores niveles de radiación en la Tierra se produce más dióxido de carbono de lo que las plantas pueden convertir en oxígeno.
Sin embargo, el estudio precisa que, al menos en el tiempo presente, la preocupación al respecto no es urgente, ya que para que el oxígeno se acabe en la Tierra, faltan al menos dos mil millones de años.
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